lunes, 4 de julio de 2022

Comentario: "¡ÁNIMO, HIJA! TU FE TE HA SALVADO!" (San Mateo 9,18-23)

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

D. Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en tres de mis Blogs católicos para mayor difusión.  P. Franja

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4 de Julio, Lunes 2022

Comentario: "¡ÁNIMO, HIJA! TU FE TE HA SALVADO!" (San Mateo 9,18-23)

Jesús se encuentra en Cafarnaún y obra dos milagros. En primer lugar resucita a una niña debido a la súplica y a la fe de su padre. Era un jefe de los judíos. Se arrodilló ante Jesús y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá".

 

Es impresionante la fe de este hombre. Se pone "de rodillas". Lo adora. Reconoce que es el Mesías y que puede resucitar a su hija. Tú y yo, ¿Nos arrodillamos ante el Señor, con fe, con humildad, y con confianza? Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Yo veo que la fe de este padre mueve el corazón de Jesús. Llegó a la casa de aquel jefe. Encontró llorando a todos porque la niña había  muerto. Jesús les dijo: Retiraos; no está muerta, está dormida. Y se reían de él.

También, a veces, se ríen de ti y de mí. ¿Qué importa? Cuando echaron a la gente, entró Jesús, cogió a la niña de la mano y ella se levantó. La noticia se divulgó por aquella comarca". También nos "coge de la mano" a ti y a mí. La niña "se levantó". Tú y yo debemos "levantarnos"; empezar una vida nueva.

 

El Segundo milagro lo realiza el Señor con una gran delicadeza, sin que nadie se entere. Se trata de una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años; por tanto era impura según la ley. Ella se había gastado todo su dinero en médicos sin lograr curarse. Se le acercó a Jesús por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se iba a curar.

¿Te imaginas a esta mujer? Yo la veo nerviosa, temblando, temiendo de que descubriesen su enfermedad impura. Superando toda clase de dificultades llegó donde estaba Jesús. En ese momento alarga su mano y toca la orla del manto del Maestro. TOCA...Y QUEDA CURADA. ¿Qué sentiría esa mujer?

¿Me acerco así a Dios especialmente cuando rezo y cuando recibo al Señor en la Comunión? Jesús se volvió y al verla le dijo: ¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado. Imitemos y vivamos la fe de esta mujer.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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Confeccionado en el Blog de Franja

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