Homilías del Papa y Temas sacerdotales
EL
VERDADERO SENTIDO DE ESTAS FIESTAS SE ENCUENTRA EN JESÚS
El
Papa denuncia la desnaturalización de la Navidad por un falso respeto a quien
no es cristiano
En
la semana del nacimiento del Señor Jesús, y más precisamente en la Solemnidad
de san Juan, Apóstol y Evangelista, el Papa Francisco dedicó su catequesis
semanal al significado de la Navidad.
27/12/17
2:41 PM
(Vaticannews)
En primer lugare, el Pontífice dirigió su mirada al pesebre y en particular a
la liturgia de estos días, que nos hicieron volver a vivir el día del
nacimiento de nuestro Salvador.
A
partir de allí, y siempre con el corazón y la mente en el significado más
profundo del nacimiento de Cristo, el Obispo de Roma reflexionó sobre una
realidad de nuestros días, a saber, la «desnaturalización», de la Navidad:
«Dedico
la catequesis de hoy a reflexionar sobre el significado de la Navidad. En
nuestros días, estamos asistiendo a una especie de «desnaturalización» de la
Navidad. En nombre de un falso respeto ante quien no es cristiano, muchas veces
se esconde la voluntad de marginar la fe, eliminando todo tipo de referencia al
nacimiento de Jesús. Sin embargo, el verdadero sentido de estas fiestas se
encuentra en Jesús, es Él quien da sentido a todo lo que celebramos».
Sin
Jesús no hay Navidad
Esta
desnaturalización de la Navidad que, como observó el Papa, «se da
particularmente en Europa», «en nombre de un falso respeto que no es
cristiano», y que «a menudo esconde la voluntad de marginar la fe», hace por
una parte que sí, sea una fiesta, «pero no es la Navidad», porque no está en el
centro Jesús. Si en el centro está Jesús –explicó Francisco- , también todo el
contexto, a saber, las luces, los sonidos, las distintas tradiciones locales,
incluidos los alimentos característicos, convergen para crear la atmósfera de
la fiesta.
Si
recibimos a Jesús nos convertimos en don para los demás
«Nosotros,
como los pastores del Evangelio, estamos llamados a buscar la verdadera luz que
es Jesús, que es el don de Dios a la humanidad que se encuentra inmersa en la
oscuridad de la noche. Cuando acogemos a Jesús en nuestras vidas, nos
convertimos en un don para los demás».
En
este mismo punto, en su catequesis en italiano, el Santo Padre profundizó en
esa «luz que es Jesús», describiendo y volviendo a repasar el sorprendente modo
en que nuestro Salvador se muestra al mundo: «nace de una pobre joven
desconocida, que lo da a la luz en un establo, con la única ayuda del marido.
El mundo no se da cuenta de nada, pero los ángeles en el cielo – que saben de
esto - exultan». Así es como Jesús se presenta también a nosotros, como el don
de Dios para la humanidad. Y por este motivo -explicó Francisco - nosotros los
cristianos nos intercambiamos regalos, porque el verdadero don para nosotros es
Jesús y, como Él, queremos ser don para los demás.
La
humanidad prefiere la oscuridad
Lamentando,
con otras palabras, el hecho de que aun hoy, «a menudo la humanidad prefiere la
oscuridad», porque sabe «que la luz revelaría todas las acciones y pensamientos
que harían enrojecer o remorder la conciencia», el Santo Padre explicó el
significado de acoger el don de Dios que es Jesús, que es «volverse cada día un
don gratuito para quienes se encuentran en nuestro mismo camino».
Su
Santidad citó luego al gran pregonero de Jesucristo, san Pablo, en su carta a
Tito, cuando escribe que la gracia salvífica de Dios se manifestó,
«enseñándonos a renunciar a la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la
vida presente con sobriedad, justicia y piedad», para subrayar que la
encarnación de Cristo, nos ha abierto el camino de la vida nueva, que debe
estar fundada no en el egoísmo, sino en el amor.
Con
los pequeños Dios quiere construir un mundo nuevo
«Jesús
viene a este mundo y los primeros destinatarios de su venida son los pequeños y
despreciados, con los que establece una amistad que continúa en el tiempo. Con
ellos, en cada momento, Dios desea construir un mundo nuevo en el que no haya
más personas rechazadas, descartadas ni maltratadas».
El
Romano Pontífice destacó asimismo un aspecto importante de la Navidad, y es que
en ella podemos ver cómo la historia humana es «visitada» por la historia de
Dios: «Dios involucra a aquellos que, confinados a los márgenes de la sociedad,
son los primeros destinatarios de su don», dijo. Estas personas en el pesebre
están representadas por los pastores de Belén: a ellos «se les apareció una
gran luz» (Lc 2,9-12), que los condujo a Jesús; y «con ellos en todos los
tiempos, Dios quiere construir un mundo nuevo, en el que no haya más personas
rechazadas, maltratadas e indigentes». «Ellos eran los emarginados, los mal
vistos, los despreciados». Y sin embargo, a ellos se les apareció primero
Jesús.