Homilías del Papa y Temas sacerdotales
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Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y compartirlo además de con los sacerdotes, también con los seglares que lo soliciten. Y lo pongo también todos los días en uno de mis Blogs. Franja.
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☆26 de Enero, Domingo, de 2020☆
Comentario: "VENID EN POS DE MI" (Mt 4, 12-23)
(Te pido que leas por tu cuenta el Evangelio de hoy: La vocación de los cuatro Apóstoles).
En esta ocasión te voy a hablar de tu vocación. Sí, tú tienes vocación. Dios te llama.
Meditando la vida de Nuestro Señor Jesucristo, y pensando a lo humano, me cuesta entender que pasara treinta años oculto en Nazaret, y sólo dedicase tres años a la Vida Pública.
Tú y yo quizás le hubiéramos dicho: "Jesús, no pierdas el tiempo trabajando en Nazaret, eso lo puede hacer otra persona. Tú, sal a predicar y a hacer milagros; y cuanto antes mejor". "No pierdas el tiempo en Nazaret".
Pero Jesús no obró así.
Y, por supuesto, no perdió el tiempo. "Su tiempo es sagrado". Además nos quiso dar una buena lección. Él sabía que nos iba a costar entender su vida oculta. Y no sólo su vida, sino nuestra vida, la ordinaria, la de cada día.
Es ahí donde Dios quiere que nos santifiquemos.
Recuerdo el impacto que les produjo a un grupo de personas esta anécdota que copio:
"Me escribes en la cocina, junto al fogón.
Está comenzando la tarde. Hace frío. A tu lado, tu hermana pequeña, la última que ha descubierto la locura divina de vivir a fondo su vocación cristiana, pela patatas. Aparentemente, piensas, su labor es igual que antes. Sin embargo, hay ¡tanta diferencia!
Es verdad: antes "sólo" pelaba patatas:
Ahora, se está santificando pelando patatas".
Es decir, que lo que Dios quiere es que, lo que hacemos, lo hagamos mejor, pensando en Él. Esa es la santidad que el Señor espera de ti y de mí.
Esa es tu vocación y la mía: "santificarnos pelando patatas". Y esos son los "santos" que Dios quiere.
Y te aseguro que hay miles y miles de "santos anónimos"; personas que pasan desapercibidas; que cumplen fielmente con su deber.
Son "santos" y no tienen conciencia de serlo.
Son santos de "carne y hueso".
Y yo conozco, y tú también, a muchos de ellos.
Conozco a una familia con la madre con alzhéimer
y me admira cómo la besan, cómo la miman, cómo la quieren, cómo la sirven.
Conozco a más de un matrimonio con un hijo "enfermito" y todos en la familia giran en torno a él como el "tesoro" de la casa.
Sí, conozco a cantidad de matrimonios, tú eres uno de ellos, que "saben" perdonarse a diario, y apoyados en Dios, superan las pequeñas contrariedades de cada día, y renuevan su amor, más auténtico, más sacrificado.
Sí, sí, "santos anónimos".
¿Te animas a ser uno de ellos?
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja
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*Y perdonarse sin resentimientos*
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