Homilías del Papa y Temas sacerdotales
*☆●☆*
Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que manda diariamente lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y compartirlo también con los seglares.
Yo lo pongo ahora todos los días en uno de mis Blogs. Franja.
*☆●☆*
11 de Enero, sábado, de 2020
Comentario: "SEÑOR, SI QUIERES PUEDES LIMPIARME". JESÚS LE DIJO: QUIERO, QUEDA LIMPIO" (Lc 5, 12-16)
Es un Evangelio encantador:
"Sucedió que, estando Jesús en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús, cayendo sobre su rostro, le suplicó diciendo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo la mano, lo tocó diciendo: Quiero, queda limpio. Y enseguida la lepra se le quitó. Y él le ordenó no comunicarlo a nadie; y le dijo: Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación según mandó Moisés para que les sirva de testimonio. Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírlo y a que los curara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse al despoblado y se entregaba a la oración".
Es impresionante la fe, la humildad y la confianza del leproso en Jesucristo.
Suplica a Jesús "de rodillas", y le dice "si quieres", puedes limpiarme. Es decir, da por supuesto de que Jesús puede curarlo. Ante esta oración humilde y confiada
el Señor reacciona con gran amor y cariño. Se acerca a él, extiende su mano y lo toca con gran delicadeza diciéndole:
"Quiero, queda limpio". Y la lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
A Jesús no le importó "tocar" al leproso, ni tuvo miedo al contagio, lo toca con cariño y delicadeza.
¡Qué bueno es Jesús!
Tú y yo le decimos al Señor: "Si quieres, puedes limpiarme".
No, no tenemos la lepra del cuerpo, pero sí tenemos otra lepra, la lepra del alma, el pecado.
Le decimos con fe: "Señor, si quieres, y Tú siempre quieres, puedes curarme. Tú conoces mi flaqueza; siento estos síntomas, padezco estas otras debilidades. Y le mostramos sencillamente las heridas, la lepra. Tú puedes curarme. Eres el Médico divino".
San Lucas resalta con frecuencia que Jesús se retiraba, sólo, para orar, y así nos lo hace ver al final del Evangelio.
Con ello nos enseña la necesidad de la oración personal en las diversas circunstancias de la vida.
Nos hace ver que necesitamos esos tiempos de conversación íntima con Dios, para tratarle, para invocarle, para alabarle, para romper en acción de gracias, para escucharle o, sencillamente, para estar con Él".
Jesús Mateo. Sacerdote.
*☆●☆*
Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
*☆●☆*
Confeccionado por Franja
*☆●☆*
No hay comentarios:
Publicar un comentario