jueves, 4 de julio de 2019

Comentario: «HIJO, TUS PECADOS TE SON PERDONADOS» (Mt 9, 1-8).

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja


Jueves, 4 de Julio de 2019

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Comentario: «HIJO, TUS PECADOS TE SON PERDONADOS» (Mt 9, 1-8).

Estas palabras de Jesús impresionaron y escandalizaron a la gente de Cafarnaún.

Estaba predicando el Señor en una casa abarrotada de gente «hasta el punto que ni siquiera ante la puerta había sitio. Entonces vienen trayéndole un paralítico, que era transportado por cuatro. Y al no poder llevarlo hasta él por causa del gentío, levantaron la techumbre por el sitio en donde se encontraba y, después de hacer un agujero, descuelgan la camilla  en la que  yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados».

¡Qué buenos amigos tiene este paralítico! Sin ellos no se hubiera curado.
¿No te llama la atención su audacia y su fe en Cristo?

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Movido por ellos, Jesús perdona los pecados del enfermo. Le dice: «Hijo, tus pecados te  son perdonados».

Mira, cuando presentan al enfermo, lo primero que cura Cristo es el alma.  Y tú y yo,  ¿de qué nos preocupamos primero cuando tenemos a alguien delante,  del alma o del cuerpo?

Conoces el Evangelio y sabes que algunos de los escribas pensaron que Jesucristo blasfemaba  por decir que perdonaba los pecados, ya que sólo los puede perdonar Dios (en eso tenían razón).

Jesús se lo echó en cara y les hizo ver que Él tenía poder para perdonar los pecados y para hacer milagros.

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Le dijo al paralítico: « Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa».
Se puso en pie y se fue a su casa. Al ver esto, LA GENTE QUEDÓ SOBRECOGIDA Y ALABABA A DIOS...»

¡Ojalá no nos acostumbremos al perdón de los pecados en la Confesión!  ¿Le alabas, como ellos, cada  vez que Él obra este milagro en ti?

Jesús Mateo. Sacerdote.


Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.


Confeccionado por Franja




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