Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Educar
a los jóvenes a los auténticos valores del deporte,
deseo del Papa Francisco
"Es
necesario formar a los formadores",
auspicio del Santo Padre
al Seminario
organizado por el
Pontificio Consejo para los Laicos -
AFP
14/05/2015
16:06SHARE:
(RV).-
El Papa Francisco envió un Mensaje a los participantes en el Seminario
Internacional de estudio sobre el tema “Entrenadores: Educadores de personas”,
organizado por la oficina Iglesia y Deporte del Pontificio Consejo para los
Laicos, y que se desarrolla en Roma.
“La
presencia de un buen entrenador-educador
– constata el Santo Padre- se muestra providencial sobre todo en los
años de la adolescencia y de la primera juventud, cuando la personalidad se
encuentra en pleno desarrollo y en búsqueda de modelos y de identificación”,
cuando “es más real el peligro de extraviarse detrás de malos ejemplos y en la
búsqueda de falsas felicidades”.
“En ésta delicada fase de la vida -subraya el
Pontífice- es grande la responsabilidad
de un entrenador, que a menudo tiene el privilegio de pasar muchas horas de la
semana con los jóvenes y de tener gran influencia sobre ellos con su
comportamiento y su personalidad. La
influencia de un educador, sobre todo para los jóvenes, depende más de aquello
que él es como persona y de cómo vive aquello que dice”.
Por
lo tanto, observó Francisco- es muy importante “que un entrenador sea ejemplo
de integridad, de coherencia, de un sano juicio, de imparcialidad, pero también
de alegría de vivir, de paciencia, de capacidad de estima y de benevolencia
hacia todos, especialmente hacia los más desfavorecidos”. Y es “importante que
sea ejemplo de fe” porque la fe “nos ayuda a levantar la mirada hacia Dios,
para no absolutizar alguna de nuestras actividades, incluída aquella deportiva,
ya sea amatorial o profesional, y mantener así la justa distancia y la
sabiduria para relativizar ya sea las derrotas que las victorias”.
La fe,
además, “nos da aquella mirada de bondad sobre los otros que nos hace superar
la tentación de la rivalidad demasiado encendida y de la agresividad, nos hace
comprender la dignidad de toda persona, también de aquella menos dotada y
desfavorecida”.
“El
entrenador -constata el Papa- puede dar una valiosa contribución para crear un
clima de solidaridad y de inclusión para los jóvenes marginados” y “si tiene
equilibrio humano y espiritual sabrá también preservar los auténticos valores
del deporte y su naturaleza fundamental de juego y de actividad socializante,
impidiendo que se desnaturalice por presión de tantos intereses, sobre todos
económicos, hoy en día cada vez más invasivos”.
El
entrenador – se lee también en el mensaje – como “todo buen formador debe
recibir asimismo una sólida formación.
Es necesario formar a los formadores”.
Por eso es menester “invertir los recursos necesarios para la formacion
profesional, humana y espiritual de los entrenadores”. “¡Qué hermoso sería - concluye el Mensaje del Papa - si en todos los deportes, y en todos los
niveles, desde las grandes competencias internacionales hasta los torneos de
los oratorios parroquiales, los jóvenes encontrasen en sus entrenadores
auténticos testimonios de vida y de fe vivida!”.
Raúl
Cabrera, Radio Vaticano
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