Homilías del Papa y Temas sacerdotales
La pobreza cristiana no es una ideología,
dijo el Papa
2015-06-16 Radio Vaticana
Contraposición entre riqueza y pobreza
(RV).- Si se quita la
pobreza del Evangelio no se puede entender el mensaje de Jesús. Lo afirmó el
Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la
Casa de Santa Marta en cuya reflexión se refirió a la contraposición entre
riqueza y pobreza. Además, el Santo Padre reafirmó que es injusto definir
“comunistas” a aquellos sacerdotes u obispos que hablan de los pobres.
Teología de la pobreza
San Pablo organiza la colecta en la Iglesia de Corinto para la
Iglesia de Jerusalén que padece momentos difíciles de pobreza. El Pontífice
desarrolló su homilía sobre la “teología de la pobreza” partiendo de la Primera
Lectura y observó que hoy, como
entonces, pobreza es “una palabra que siempre pone en una situación
embarazosa”. Y observó que tantas veces se oye decir: “Pero este sacerdote
habla demasiado de pobreza, este obispo habla de pobreza, este cristiano, esta
religiosa, hablan de pobreza… ¿Son un poco comunistas, no?”. Y, en cambio –
advirtió Francisco – “la pobreza está
precisamente en el centro del Evangelio. Y si quitáramos la pobreza del
Evangelio, no se comprendería nada del mensaje de Jesús”.
Cuando la fe no llega a
los bolsillos no es genuina
El Papa Bergoglio prosiguió explicando que San Pablo, hablando a
la Iglesia de Corinto pone de manifiesto cuál es su verdadera riqueza: “Son
ricos en cada cosa, en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el celo y
en la caridad que les hemos enseñado”.
Así es la exhortación del Apóstol de las Gentes, “dado que son ricos, sean
abundantes también en esta obra generosa” en “esta colecta”:
“Si tienen tanta riqueza en el corazón, esta riqueza tan grande
– el celo, la caridad, la Palabra de Dios, el conocimiento de Dios – hagan que
esta riqueza llegue a los bolsillos. Y ésta es una regla de oro. Cuando la fe
no llega a los bolsillos, no es una fe genuina. Es una regla de oro que Pablo
nos dice aquí: ‘ustedes son ricos de tantas cosas, ahora, así, sean abundantes
en esta obra generosa’. Existe esta contraposición entre riqueza y pobreza. La
Iglesia de Jerusalén es pobre, está con dificultades económicas, pero es rica,
porque tiene el tesoro del anuncio evangélico. Y esta Iglesia de Jerusalén,
pobre, ha enriquecido a la Iglesia de Corinto con el anuncio evangélico; le ha
dado la riqueza del Evangelio”.
Dejarse enriquecer por la pobreza de Cristo
“Ustedes – prosiguió explicando el Papa retomando las enseñanzas
de San Pablo – que son ricos económicamente y que son ricos con tantas cosas,
eran pobres sin el anuncio del Evangelio, pero han enriquecido a la Iglesia de
Jerusalén, ensanchando el pueblo de Dios”. “De la pobreza viene la riqueza – añadió Francisco – es un intercambio
mutuo”.
He aquí entonces el fundamento de la “teología de la pobreza”:
“Jesucristo de rico que era – de la riqueza de Dios – se ha hecho pobre”, se ha
abajado por nosotros. De donde se deduce el significado de la primera
Bienaventuranza: “Bienaventurados los pobres de espíritu”. Es decir, “ser pobre
es dejarse enriquecer por la pobreza de Cristo y no querer ser rico con otras
riquezas que no sean las de Cristo”:
“Cuando nosotros ayudamos a los pobres, no hacemos
cristianamente obras de beneficencia. Esto es bueno, es humano – las obras de
beneficencia son cosas buenas y humanas – pero ésta no es la pobreza cristiana
que quiere Pablo, que predica Pablo.
La pobreza cristiana es que yo doy de lo
mío y no de lo superfluo, incluso de lo necesario al pobre, porque sé que él me
enriquece. ¿Y por qué me enriquece el pobre? Porque Jesús ha dicho que Él mismo
está en el pobre”.
La pobreza cristiana no es una ideología
Cuando me despojo de algo – evidenció el Obispo de Roma – “pero
no sólo de lo superfluo, para dar a un pobre, a una comunidad pobre”, esto “me
enriquece”. “Jesús actúa en mí cuando hago esto – añadió – y Jesús obra en él,
para enriquecerme cuando hago esto”:
“Esta es la teología de la pobreza; por esto la pobreza está en
el centro del Evangelio; no es una ideología. Es precisamente este misterio, el
misterio de Cristo que se ha abajado, se ha humillado, se ha empobrecido para
enriquecernos. Así se comprende porqué la primera de las Bienaventuranzas es:
‘Bienaventurados los pobres de espíritu’. Ser pobre de espíritu es ir por este
camino del Señor: la pobreza del Señor que, también se abaja tanto que se hace
‘pan’ por nosotros, en este sacrificio.
Sigue abajándose en la historia de la Iglesia, en el memorial de su pasión, en el memorial de su humillación, en el memorial de su abajamiento, en el memorial de su pobreza, y con este ‘pan’ Él nos enriquece”.
Sigue abajándose en la historia de la Iglesia, en el memorial de su pasión, en el memorial de su humillación, en el memorial de su abajamiento, en el memorial de su pobreza, y con este ‘pan’ Él nos enriquece”.
(María Fernanda
Bernasconi - RV).
(from Vatican Radio)
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