Homilías del Papa y Temas sacerdotales
No diluir la identidad cristiana,
haciendo una religión ambigua, pidió el Papa
2015-06-09 Radio Vaticana
Pidamos al Señor la gracia de una
identidad
que no intenta adaptarse a las cosas, hasta perder su sabor de sal
RV).- Salvaguardar la identidad
cristiana, dejando que el Espíritu Santo nos lleve adelante en la vida. Es una
de las exhortaciones del Papa Francisco, en su homilía de la misa matutina, en
la Capilla de la Casa de Santa Marta.
Poniendo en guardia contra el que
quiere transformar el cristianismo en una ‘bella idea’ y que necesita siempre
‘novedades de identidad’, el Obispo de Roma reiteró que otro riesgo para el
testimonio cristiano es la mundanidad del que ‘ensancha su conciencia’ hasta
permitir que entre en ella de todo.
Con las palabras de San Pablo a
los Corintios, hablando de la identidad de los discípulos de Jesús, el Papa
señaló que para ‘llegar a esta identidad cristiana’, Dios ‘nos ha hecho andar
por un largo camino de historia’, hasta que envió a su Hijo.
Somos pecadores, pero confiamos
en que Jesús nos levanta
También nosotros tenemos que
hacer un largo camino en nuestra vida, para que esta identidad cristiana sea
fuerte’, y de este modo podemos dar ‘testimonio’. ‘Es un camino que podemos
definir de la ambigüedad a la verdadera identidad’:
«Es verdad, está el pecado. Y el
pecado nos hace caer, pero tenemos la fuerza del Señor para levantarnos y
seguir adelante con nuestra identidad. Diría que también el pecado es parte de
nuestra identidad: somos pecadores, pero pecadores con la fe en Jesucristo. Y
no es sólo una fe de conocimiento, no. Es una fe que es un don de Dios y que ha
entrado en nosotros gracias a Dios. Es Dios mismo el que nos confirma en
Cristo. Y nos ha ungido, el que nos ha marcado con su sello y ha puesto en
nuestros corazones las primicias del Espíritu. Es Dios el que nos da este don
de la identidad».
Es fundamental ‘ser fieles a esta
identidad cristiana y dejar que el Espíritu Santo, que es la garantía, la
prenda en nuestro corazón, nos lleve adelante en la vida’, recordó el Santo
Padre, volviendo a destacar que nosotros no somos personas que andan ‘detrás de
una filosofía’, sino que hemos sido ungidos y tenemos la garantía del Espíritu.
La identidad cristiana es
concreta, no una religión ambigua
‘Es una bella identidad, que se
ve en el testimonio. Por ello Jesús nos habla del testimonio como del lenguaje
de nuestra identidad cristiana’, dijo el Papa, subrayando que ello se verifica
aun cuando la misma identidad cristiana – puesto que ‘somos pecadores – es
tentada; las tentaciones llegan siempre’, por lo que la identidad ‘puede
debilitarse y perderse’. Hay dos caminos peligrosos:
«Primero, pasar del testimonio a
las ideas, diluir el testimonio. ‘Sí, soy cristiano… el cristianismo es esto,
una bella idea. Yo le rezo a Dios…’ Y así, del Cristo concreto, porque la
identidad cristiana es concreta – lo leemos en la Bienaventuranzas; concreción
que está también en Mateo 25: la identidad cristiana es concreta – pasamos a
esta religión un poco blanda, con el aire y el camino de los gnósticos. Detrás
está el escándalo. Esta identidad cristiana es escandalosa. Y la tentación es:
‘No, no, sin escándalo’».
La mundanidad hace que nuestro
testimonio pierda sabor
Tras recordar que ‘la cruz es un
escándalo’ y que hay algunos que buscan a Dios ‘con esas espiritualidades
cristianas un poco etéreas’, el Santo Padre advirtió que ‘hay algunos que
siempre necesitan novedades en la identidad cristiana y olvidan que han sido
elegidos, ungidos’, que ‘tienen la garantía del Espíritu’ y que buscan: ¿dónde
están los videntes, qué nos dice hoy la carta que la Viren os enviará a las
cuatro de la tarde? – Por ejemplo ¿no? Y viven de esto. Ésta no es identidad
cristiana. La última palabra de Dios se
llama ‘Jesús’ y nada más’. Otro camino para que retroceda la identidad
cristiana es la mundanidad:
«Ampliar tanto la conciencia para
que entre todo. ‘Sí, somos cristianos, pero esto sí…’ No sólo moralmente, sino
también humanamente. La mundanidad es humana. Y así la sal pierde su sabor. Y
vemos a comunidades cristianas, también a cristianos, que dicen que son
cristianos, pero no pueden y no saben dar testimonio de Jesucristo. Y así la
identidad retrocede, retrocede y se pierde. Y este nominalismo mundano lo vemos
todos los días. En la historia de salvación de Dios, con su paciencia de Padre,
nos ha llevado de la ambigüedad a la certeza, a lo concreto de la encarnación y
la muerte redentora de su Hijo. ¡Ésta es nuestra identidad!»
San Pablo – concluyó el Obispo de
Roma - se vanagloria de Jesús hecho hombre y muerto por obediencia, ésta es la
identidad y allí está el testimonio. Es una gracia que debemos pedir al Señor:
que siempre nos dé este regalo, este don de una identidad que no intenta
adaptarse a las cosas, hasta perder su sabor de sal.
(CdM – RV)
(from Vatican Radio)
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