Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Catequesis del Papa
“Proteger el corazón y la vida de
los hijos
de la desunión familiar”.
El Santo Padre a su llegada a la
plaza de san Pedro - REUTERS
24/06/2015 12:17SHARE:
(RV).- En el miércoles de la XII
semana del tiempo ordinario, día en que recordamos también el nacimiento de
Juan el Bautista, en su tradicional audiencia general en la plaza de san Pedro
y después de haber tratado en las catequesis precedentes las condiciones de
vulnerabilidad que ponen a prueba a las familias, como la pobreza, la
enfermedad y la muerte, el Santo Padre reflexionó esta vez, sobre las heridas
que se abren en el interior de la convivencia familiar.
“Queridos hermanos y hermanas: En
la catequesis de hoy reflexionamos sobre las heridas que se producen en la
misma convivencia familiar. Se trata de palabras, acciones y omisiones que, en
vez de expresar amor, hieren los afectos más queridos, provocando profundas
divisiones entre sus miembros, sobre todo entre el marido y la mujer. Si estas
heridas no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y
hostilidad, que recae sobre los hijos”.
A veces marido y mujer, dijo el
Sucesor de Pedro, “afectados por estas profundas heridas”, buscan “comprensión,
apoyo y el consuelo” en otra parte, “pero a menudo estos ‘apoyos’ no piensan en
el bien de la familia”. “El vaciamiento del amor conyugal”, señaló el Papa,
difunde “resentimiento en las relaciones”, y esta desunión, muy a menudo, “recae” sobre los hijos.
“Cuando los adultos pierden la
cabeza y cada uno piensa en sí mismo; cuando los padres se hacen daño, el alma
de los niños sufre marcándolos profundamente. En la familia todo está
entrelazado”.
De ahí que el Obispo de Roma
preguntara si “no obstante la “sensibilidad aparentemente evolucionada”, y los
“refinados análisis psicológicos” de nuestros días, no estamos como
“anestesiados” respecto a las heridas del alma de los niños. “¿Sabemos qué es
una herida del alma?”
“Los esposos son 'una sola
carne', de tal manera que todas las heridas y abandonos afectan a la carne viva
que son sus hijos. Así se entienden las palabras de Jesús sobre la grave
responsabilidad de custodiar el vínculo conyugal, que da origen a la familia”.
Porque los esposos son una sola
carne, y las criaturas son carne de su carne, cuando el alma misma de la
familia está herida en algún punto “la infección contagia a todos”, profundizó
el Papa en su catequesis en italiano, y es por eso que “cuando un hombre y una
mujer piensan en modo obsesivo en las propias exigencias de libertad y
gratificación”, esta distorsión “carcome” profundamente el “corazón y la vida de los hijos”.
“En algunos casos, la separación
es inevitable, precisamente para proteger al cónyuge más débil o a los hijos
pequeños”.
Asimismo el Santo Padre se detuvo
sobre los casos en los cuales la separación resulta inevitable e incluso
moralmente necesaria. Son aquellos casos “en los que se trata de salvar al
cónyuge más débil”, o a “los hijos pequeños”, de los “daños más graves”
“causados por la prepotencia y por la violencia, por el envilecimiento y la
explotación, por la distancia y la indiferencia”.
“Pero no faltan los casos en que los
esposos, por la fe y el amor a los hijos, siguen dando testimonio de su
fidelidad al vínculo en el que han creído”.
El Papa Francisco concluyó su
catequesis dirigiendo una pregunta a todos: ¿cómo ayudar y acompañar a las
familias en esta situación?
“Pidamos a la Virgen María que
interceda por nuestras familias - finalizó el Sucesor de Pedro - especialmente
por los que pasan por dificultades, para que sepan superar y sanar siempre las
heridas que causan división y amargura. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.
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