Homilías del Papa y Temas sacerdotales
La Iglesia debe administrar sus riquezas
con generosidad, el Papa
2015-04-14
Radio Vaticana
(RV).- Una comunidad renacida en el Espíritu Santo
busca la armonía y es paciente en los sufrimientos. Lo afirmó el Papa Francisco
en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa
Marta.
Además,
el Santo Padre advirtió asimismo que los cristianos no deben acumular riquezas,
sino ponerlas al servicio de quien tiente necesidad, tal como hacía la primera
comunidad guiada por los Apóstoles.
¿Qué
frutos aporta el Espíritu Santo a una comunidad? En su homilía Francisco se
detuvo en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que describe la vida de la
primera comunidad cristiana.
Armonía
y bien común, signos de una comunidad renacida
El
Papa Bergoglio destacó los dos signos del “renacimiento en una comunidad”. Y
dijo que el primero es la armonía:
“La
comunidad renacida o de aquellos que renacen en el Espíritu tiene esta gracia
de la unidad, de la armonía. El único que puede darnos la armonía es el
Espíritu Santo, porque también él es la armonía entre el Padre y el Hijo, es el
don que hace la armonía.
El segundo signo es el bien común, o sea: ‘En efecto
ninguno entre ellos estaba necesitado, ninguno consideraba de su propiedad
aquello que les pertenecía, estaba al servicio de la comunidad. Sí, algunos
eran ricos, pero al servicio. Estos son los dos signos de una comunidad que
vive en el Espíritu”.
El
dono de la paciencia en las dificultades
Éste
– destacó el Papa – es un pasaje “curioso”, porque “inmediatamente después
comienzan” los problemas en el seno de la comunidad, como por ejemplo, el
ingreso de Ananías y Safira que tratan de “estafar a la comunidad”:
“Estos
son los patrones de los benefactores que se acercan a la Iglesia, entran para
ayudarla y para usar a la Iglesia para sus propias especulaciones, ¿no? Después
están las persecuciones que fueron anunciadas por Jesús.
La última de las
bienaventuranzas de Mateo: ‘Bienaventurados cuando los insulten, y los persigan
a causa mía… Alégrense’. Y se leen tantas persecuciones de esta comunidad así.
Jesús promete esto, promete tantas cosas bellas, la paz, la abundancia:
‘Tendrán cien veces más con las persecuciones’”.
En
la “primera comunidad renacida del Espíritu Santo – recordó Francisco – sucede
esto: la pobreza, el bien común, pero también los problemas, adentro y afuera”.
Problemas adentro, como “aquella pareja de especuladores, y afuera, con las
persecuciones”. Pero Pedro dice a la comunidad que no se sorprenda por estas
persecuciones, porque “el fuego purifica el oro”. Y la comunidad renacida del
Espíritu Santo es purificada precisamente “en medio de las dificultades y de
las persecuciones”.
Por
lo tanto, hay un tercer signo de una comunidad renacida: “la paciencia en el
soportar: soportar los problemas, soportar las dificultades, soportar las
murmuraciones, las calumnias, soportar las enfermedades, soportar el dolor” de
la pérdida de un propio ser querido.
No
acumular las riquezas, sino administrarlas para el bien común
La
comunidad cristiana – dijo también el Santo Padre – “hace ver que ha renacido
en el Espíritu Santo cuando es una comunidad que busca la armonía”, no la
división interna; “cuando busca la pobreza”, “no la acumulación de riquezas
para sí, porque las riquezas son para el servicio”. Y cuando “no se enoja
inmediatamente ante las dificultades o se siente ofendida”, sino que es
paciente como Jesús:
“En
esta segunda semana de Pascua, durante la que celebramos los misterios
pascuales, nos hará bien pensar en nuestras comunidades, diocesanas,
parroquiales, familiares o tantas otras, y pedir la gracia de la armonía que es
más que la unidad – la unidad armoniosa, la armonía, que es el don del Espíritu
– y pedir la gracia de la pobreza – no de la miseria, de la pobreza: ¿Qué
significa? Que si yo tengo lo que tengo, debo administrarlo bien por el bien
común y con generosidad – y pedir la gracia de la paciencia, de la paciencia”.
Que
el Señor – concluyó diciendo el Papa – “nos haga comprender a todos que no sólo
cada uno de nosotros ha recibido esta gracia en el Bautismo de renacer en el
Espíritu, sino también nuestras comunidades”.
(María
Fernanda Bernasconi - RV).
(from
Vatican Radio)
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