Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Quien no sabe dialogar no obedece a Dios,
el Papa en su homilía
2015-04-16
Radio Vaticana
(RV).-
Quien no sabe dialogar no obedece a Dios y quiere acallar a cuantos predican la
novedad de Dios. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina
celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
Obedecer
a Dios significa tener el valor de cambiar de ruta
Teniendo
en cuenta la liturgia del día, el Santo Padre observó que “muchas veces la
obediencia nos conduce por un camino que no es el que pensamos que debe ser,
sino que es otro”. Y dijo que obedecer es “tener el coraje de cambiar de
camino, cuando el Señor nos pide esto”. “Quien obedece tiene la vida eterna”,
mientras para “quien no obedece, la ira de Dios permanece sobre él”, se lee en
la primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles, por lo que Francisco
afirmó que los sacerdotes y los jefes ordenan a los discípulos de Jesús que no
prediquen el Evangelio al pueblo. Es más, se enfurecen, están “llenos de
celos”, porque ante su presencia se producen milagros, el pueblo los sigue “y
el número de los creyentes crecía”. Los encarcelan, pero de noche, el Ángel de
Dios los libera y vuelven a anunciar el Evangelio. Al ser detenidos y vueltos a
interrogar, Pedro responde a las amenazas del sumo sacerdote diciendo: “Es
necesario obedecer a Dios en lugar de a los hombres”. Y los sacerdotes no
entendían:
“Pero
estos eran doctores, habían estudiado la historia del pueblo, habían estudiado
las profecías, habían estudiado la ley, conocían así toda la teología del
pueblo de Israel, la revelación de Dios, sabían todo, eran doctores, y fueron
incapaces de reconocer la salvación de Dios. ¿Pero por qué esta dureza de
corazón? Porque no es dureza de cabeza, no es una sencilla terquedad. Aquí está
la dureza… Y podemos preguntarnos: ¿cómo es el recorrido de esta tozudez, pero
total, de cabeza y de corazón?”.
Quien
no sabe dialogar no obedece a Dios
“La
historia de esta terquedad, el itinerario – subrayó el Papa – es el de encerrarse en sí mismos, es el de no
dialogar, es la falta de diálogo”:
“Estos
no sabían dialogar, no sabían dialogar con Dios, porque no sabían rezar y oír
la voz del Señor, y no sabían dialogar con los demás. ‘¿Pero por qué
interpretas esto así?’. Sólo interpretaban cómo era la ley para hacerla más
precisa, pero estaban cerrados a los signos de Dios en la historia, estaban
cerrados a su pueblo, al pueblo de ellos. Estaban cerrados, cerrados. Y la
falta de diálogo, esa cerrazón del corazón, los condujo a no obedecer a Dios.
Éste es el drama de estos doctores de Israel, de estos teólogos del pueblo de
Dios: no sabían escuchar, no sabían dialogar. El diálogo se hace con Dios y con
los hermanos”.
Quien
no dialoga quiere acallar a los que predican la novedad de Dios
Y
el signo que revela que una persona “no sabe dialogar”, “no está abierta a la
voz del Señor, a los signos que el Señor hace en el pueblo” – afirmó el Papa
– es la “furia y el deseo de hacer
callar a todos aquellos que predican en este caso la novedad de Dios, es decir
Jesús ha resucitado. No tienen razón, pero llegan a esto. Es un itinerario
doloroso. Estos son los mismos que pagaron a los custodios del sepulcro para decir
que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Hacen de todo para no
abrirse a la voz de Dios”:
“Y
en esta Misa oremos por los maestros, por los doctores, por aquellos que
enseñan al pueblo de Dios, para que no se cierren, para que dialoguen y así se
salven de la ira de Dios que, si no cambian de actitud, permanecerá sobre
ellos”.
(María
Fernanda Bernasconi - RV).
(from
Vatican Radio)
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