DOS MILAGROS DE JESÚS EN EL MISMO DÍA: "MI HIJA ACABA DE MORIR, PERO VEN TÚ Y VIVIRÁ" (Mt 9, 18-26) "ANIMO, HIJA, TU FE TE HA SALVADO" (Mt 9, 18-26)

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el Comentario del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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10 de Julio, lunes 2023

DOS MILAGROS DE JESÚS EN EL MISMO DÍA:

"MI HIJA ACABA DE MORIR, PERO VEN TÚ Y VIVIRÁ" (Mt 9, 18-26) 

"ANIMO, HIJA, TU FE TE HA SALVADO" (Mt 9, 18-26)

El Evangelio de hoy tiene encanto; es una maravilla. Es uno de los Evangelios que llega al corazón. En este día Jesús obra dos milagros.

 

En primer lugar se acerca al Señor un jefe de los judíos. Se arrodilla ante Él y le dice con humildad y con mucha fe: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá". Jesús se puso en camino y al llegar a casa de aquel jefe, y al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: Retiraos. La niña no está muerta, está dormida. Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano y ella se levantó". Es impresionante la fe de este padre. Cree que Jesús puede resucitar a su hija.

Yo me pregunto: ¿Por qué no tengo yo la fe de este hombre? Hago el propósito de pedirla y le digo al Señor: Yo creo, pero aumenta mi fe.

El segundo milagro manifiesta el cariño, la ternura y la delicadeza de Jesucristo a parte de la fe de esta mujer, la hemorroisa. Llevaba doce años enferma. Había gastado todo su dinero en médicos. Su enfermedad era incurable y contagiosa. Padecía flujos de sangre. Todo lo que tocaba quedaba impuro, según la ley.

Esta mujer, sin que nadie se dé cuenta, intenta llegar a Jesús pensando que con solo tocar la orla de su manto se curaría. Logra tocar la orla del manto y nota que está curada. Jesús se vuelve y al verla le dice: "Ánimo, hija. Tú fe te ha salvado".

 

Imitemos tú y yo la fe de esta mujer. Es impresionante. Tú y yo no sólo tocamos la orla de su manto sino que "comemos" su cuerpo. ¿Por qué no quedamos curados? Imitemos y vivamos la fe de esta mujer.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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