Homilías del Papa y Temas sacerdotales
D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja
Tercer Domingo de Pascua
(5-V-2019).
Comentario al «EL DIA DEL SEÑOR» (5-V-2019)
Después de la Resurrección del Señor, el primer día de la semana fue considerado por los Apósitoles como el día del Señor; cuando Él nos alcanzó con su Resurrección la victoria sobre el pecado y la muerte. Por eso los primeros cristianos tenían las reuniones litúrgicas en el Domingo y esta ha sido la constante y universal tradición de la Iglesia hasta nuestros días
¿Qué significó para los primeros cristianos el Domingo?
Te invito a leer y saborear las palabras del Mártir San Justino, que falleció el año 165:
«EL día llamado del Sol se reúnen todos en un mismo lugar, quienes habitan en la ciudad y los que viven en el campo... Y nos reunimos todos en este día, en primer lugar porque, en este día, que es el primero de la semana, Dios creó el mundo (...) y porque es el día en que Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos».
Impresionante es el testimonio de los mártires de Abitene, de principio del siglo IV, concretamente el año 304:
«Sin el domingo no podemos vivir. Sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades cotidianas y no sucumbir».
Después de atroces torturas los 49 mártires de Abitene fueron asesinados por asistir a la Santa Misa que estaba prohibido por el emperador.
Más recientemente, el Concilio Vaticano II y el Catecismo de La Iglesia Católica nos han recordado:
«La Iglesia por una tradición apostólica que trae su origen desde el mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón día del Señor o domingo».
Hemos de hacer nuestras las palabras de Benedicto XVI:
«Tenemos que redescubrir la alegría del domingo cristiano.
Tenemos que redescubrir con orgullo el privilegio de poder participar en la Eucaristía y que ésta sea el centro de la vida cristiana y sacar de la participación en la Eucaristía el empuje necesario para un nuevo compromiso en el anuncio al mundo de Cristo «nuestra paz» (Ef. 2, 14).
Hemos de esforzarnos por hacer que el Domingo se convierta, de nuevo en el día del Señor. Debe ser de modo especial un día para la familia, para descansar, para bendecir la mesa y comer juntos en familia y para dar gracias a Dios, y que la Santa Misa sea el centro del Domingo.
Jesús Mateo. Sacerdote.
☆●☆●☆
Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
☆●☆●☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario