Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Homilía
del Papa:
“Nuestra conversión es un trabajo de todos los días”
El
Papa Francisco celebra la Misa matutina
en la capilla de la Casa de Santa Marta
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22/10/2015
13:08SHARE:
(RV).-
El esfuerzo del cristiano está orientado a abrir la puerta del corazón al
Espíritu Santo. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina
celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El
Pontífice subrayó que, para el cristiano, la conversión “es una tarea, es un
trabajo de todos los días” que nos conduce al encuentro con Jesús. Y como
ejemplo, Francisco relató la historia de una madre enferma de cáncer que hizo
todo lo posible para vencer la enfermedad.
Porque
como dijo el Papa, para el cristiano la conversión “es una tarea, un trabajo de
todos los días”. El Papa Francisco se inspiró en la Primera Lectura, que
corresponde a un pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, para subrayar
que para pasar del servicio de la iniquidad a la santificación, debemos
esforzarnos cotidianamente.
No
somos faquires, nuestro esfuerzo sirve para la santificación
El
Papa Bergoglio observó que San Pablo utiliza “la imagen del deportista”, el
hombre que “se entrena para prepararse para el partido, y hace un gran
esfuerzo”. De ahí que haya afirmado: “Pero si éste para ganar un partido hace
este esfuerzo, nosotros, que debemos llegar a aquella victoria grande del
Cielo, ¿qué haremos?”. Por eso San Pablo nos “exhorta a ir adelante en este
esfuerzo”:
“‘Ah,
Padre, ¿podemos pensar que la santificación viene por el esfuerzo que yo hago,
como la victoria para aquel que hace deporte viene por el entrenamiento?’. No.
El esfuerzo que nosotros hacemos, este trabajo cotidiano de servir al Señor con
nuestra alma, con nuestro corazón, con nuestro cuerpo, con toda nuestra vida
sólo abre la puerta al Espíritu Santo. ¡Es Él quien entra en nosotros y nos
salva! ¡Él es el don en Jesucristo! De lo contrario, nosotros nos pareceríamos
a los faquires: no, nosotros no somos faquires. Nosotros, con nuestro esfuerzo,
abrimos la puerta”.
Ir
adelante, no retroceder frente a las tentaciones
Hay
que ir adelante sin retroceder ante las tentaciones, lo que – reconoció el Papa
– es una tarea difícil, “porque nuestra debilidad, el pecado original, el
diablo, siempre nos mandan para atrás”. Y añadió que el autor de la Carta a los
Hebreos “nos pone en guardia contra estas tentaciones de retroceder”, de “no
ceder”. Es necesario– exhortó el Pontífice
– “ir adelante siempre: un poco cada día” incluso “cuando hay una gran
dificultad”:
“Hace
algunos meses, me encontré con una mujer. Joven, madre de familia – una hermosa
familia – que tenía cáncer. Un cáncer feo. Pero ella se movía con felicidad,
como si estuviera sana. Y hablando de esta actitud, me dijo: ‘Padre, ¡hago todo
lo posible para vencer el cáncer!’. Así hace el cristiano. Nosotros que hemos
recibido este don en Jesucristo y hemos pasado del pecado, de la vida de la
iniquidad a la vida del don en Cristo, en el Espíritu Santo, debemos hacer lo
mismo. Cada día un paso. Cada día un paso”.
Pidamos
la gracia de ser buenos en el entrenamiento de la vida
Hacia
el final de su homilía el Santo Padre señaló algunas tentaciones como “las
ganas de hablar” contra alguien. Y en ese caso – dijo – es necesario esforzarse
para callar. O – añadió – “nos viene un
poco de sueño” y no tenemos “ganas de rezar”, pero después rezamos un poco.
Francisco reafirmó que debemos partir de las cosas pequeñas:
“Nos
ayudan a no ceder, a no ir hacia atrás, a no volver a la iniquidad, sino a ir
adelante, hacia este don, esta promesa de Jesucristo que será propiamente el
encuentro con Él. Pidamos al Señor esta gracia: de ser buenos, de ser buenos en
este entrenamiento de la vida hacia el encuentro, porque hemos recibido el don
de la justificación, el don de la gracia, el don del Espíritu en Cristo Jesús”.
(María
Fernanda Bernasconi - RV).
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