Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Homilía del Papa:
Calumnias,
envidias y trampas vienen del diablo.
2015-10-09 Radio Vaticana
(RV).- Interpretar mal a quien
hace el bien, calumniar por envidia, tender trampas para hacer caer, todo esto
no viene de Dios sino del diablo. El Papa Francisco comentó el Evangelio del
día al celebrar la Misa matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta
exhortando al discernimiento y a la vigilancia.
Rigideces doctrinales
Refiriéndose al Evangelio del
día, en el que Jesús echa a un demonio, hace el bien, está entre la gente que
lo escucha y reconoce su autoridad, pero está quien lo acusa, el Santo Padre
subrayó:
“Había otro grupo de personas que
no lo amaba y siempre trataba de interpretar las palabras de Jesús y también
las actitudes de Jesús de modo diverso, contra Jesús. Algunos por envidia,
otros por rigideces doctrinales, otros porque tenían miedo de que fueran los
romanos e hicieran una matanza; por tantos motivos trataban de alejar del
pueblo la autoridad de Jesús, incluso con la calumnia, como en este caso. ‘Él
echa a los demonios por medio de Belcebú. Él es un endemoniado. Él hace magias,
es un brujo. Y continuamente lo ponían a prueba, le ponían delante una trampa,
para ver si caía”.
Discernimiento y vigilancia
El Papa Bergoglio invitó al
discernimiento y a la vigilancia. “Saber discernir las situaciones”: lo que
viene de Dios y lo que viene del maligno que “siempre trata de engañar”, “de
hacernos elegir un camino equivocado”. “El cristiano no puede estar tranquilo,
pensar que todo va bien, debe discernir las cosas y mirar bien de dónde vienen,
cuál es su raíz”.
El diablo anestesia la conciencia
Y después está la vigilancia,
porque en un camino de fe “las tentaciones vuelven siempre, el mal espíritu
jamás se cansa”. Si “ha sido expulsado” tiene “paciencia, y espera para volver”
y si se lo deja entrar se cae en una situación peor. En efecto, antes se sabía
que era “el demonio el que atormentaba”. Después, “el maligno está escondido,
viene con sus amigos muy educados, llama a la puerta, pide permiso, entra y
convive con aquel hombre, su vida cotidiana y, gota a gota, da las
instrucciones”. Con “esta modalidad educada” el diablo convence a “hacer las
cosas con relativismo”, tranquilizando la conciencia:
“Tranquilizar la conciencia.
Anestesiar la conciencia. Y esto es un gran mal. Cuando el mal espíritu logra
anestesiar la conciencia se puede hablar de una verdadera victoria suya, se
convierte en el dueño de aquella conciencia: ‘¡Y esto sucede por doquier! Sí,
pero todos, todos tenemos problemas, todos somos pecadores, todos…’. Y en el
‘todos’ está el ‘ninguno. ‘Todos, pero yo no’. Y así se vive esta mundanidad
que es hija del mal espíritu”.
Hacer siempre un examen de
conciencia
Al final de su homilía el Papa
Francisco reafirmó las dos palabras iniciales, vigilancia y discernimiento:
“Vigilancia. La Iglesia nos
aconseja siempre el ejercicio del examen de conciencia: ¿qué ha sucedido hoy en
mi corazón, hoy, por esto? ¿Ha venido a mí este demonio educado con sus
amigos? Discernimiento. De donde vienen
los comentarios, las palabras, las enseñanzas, ¿quién dice esto? Discernir y
vigilancia, para no dejar entrar a aquel que engaña, que seduce, que fascina.
Pidamos al Señor esta gracia, la gracia del discernimiento y la gracia de la
vigilancia”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
(from Vatican Radio)
Homilía
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