Blog de Tío Paco-Franjaoli-Franja
Poner a
prueba nuestro corazón para escuchar a Jesús,
pide el Papa al reanudar la
celebración de la misa matutina
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2014-01-07
Radio Vaticana
El cristiano sabe
vigilar sobre su corazón para distinguir lo que viene de Dios y lo que viene de
los falsos profetas. Es cuanto afirmó el Papa Francisco esta mañana en su
homilía, al reanudar la celebración de la Misa matutina en la capilla de la
Casa de Santa Marta, tras las festividades navideñas. El Santo Padre reafirmó
que el camino de Jesús es el del servicio y de la humildad. Un camino que todos
los cristianos están llamados a seguir.
“Permanezcan
en el Señor”. El Papa Francisco desarrolló su homilía partiendo de esta
exhortación del Apóstol Juan, contenida en la Primera lectura. Un “consejo de
vida”, observó, que Juan repite de modo “casi obsesivo”. Y explicó que el
Apóstol indica “una de las actitudes del cristiano que quiere permanecer en el
Señor: conocer qué sucede en el propio corazón”. Por esto advierte que no hay
que dar fe a todo espíritu, sino poner “a prueba a los espíritus”. Es
necesario, evidenció el Santo Padre, saber “discernir los espíritus”, discernir
si una cosa nos hace “permanecer en el Señor o nos aleja de Él”. “Nuestro
corazón – añadió – siempre tiene deseos, tiene ganas, tiene pensamientos”. Pero
se preguntó si “estos deseos son del Señor o si algunos de estos nos alejan del
Señor.” He aquí entonces, dijo, que el Apóstol Juan nos exhorta a “poner a la
prueba” lo que pensamos y deseamos:
“Si esto
va en la línea del Señor, así irás bien, si no, no va… Poner a prueba los
espíritus para probar si provienen verdaderamente de Dios, porque muchos falsos
profetas han venido al mundo. Profetas o profecías o propuestas: ‘¡Yo tengo
ganas de hacer esto!’. Pero esto no te lleva al Señor, te aleja de Él. Por esto
es necesaria la vigilancia. El cristiano es un hombre o una mujer que sabe
vigilar su corazón. Y tantas veces nuestro corazón, con tantas cosas que van y
vienen, parece un mercado de barrio: de todo, tú encuentras de todo allí... ¡Y
no! Debemos tantear – esto es del Señor y esto no es – para permanecer en el
Señor”.
¿Cuál es,
por tanto, el criterio para entender si una cosa viene de Cristo o del
anticristo? San Juan – afirmó el Papa – tiene una idea clara, “simple”: “Cada
espíritu que reconoce a Jesucristo, venido en la carne, es de Dios. Cada
espíritu que no reconoce a Jesús no es de Dios: es el espíritu del anticristo”.
Pero ¿qué significa, por tanto, “reconocer que el Verbo ha venido en la
carne?”. Quiere decir – observó Francisco – “reconocer el camino de
Jesucristo”, reconocer que Él, “siendo Dios, se ha abajado, se ha humillado”
hasta la “muerte de cruz”:
“Ese es
el camino de Jesucristo: el abajamiento, la humildad, la humillación también.
Si un pensamiento, si un deseo te lleva por ese camino de humildad, de
abajamiento, de servicio a los demás, es de Jesús. Pero si te lleva por el
camino de la suficiencia, de la vanidad, del orgullo, por el camino de un
pensamiento abstracto, no es de Jesús. Pensemos en las tentaciones de Jesús en
el desierto: las tres propuestas que hace el demonio a Jesús son propuestas que
querían alejarlo de este camino, el camino del servicio, de la humildad, de la
humillación, de la caridad. Pero la caridad hecha con su vida, ¿no? A las tres
tentaciones Jesús dice no: ‘¡No, éste no es mi camino!’”.
Por
último, el Pontífice invitó a todos a pensar precisamente en lo que sucede en
nuestro corazón. En lo que pensamos y sentimos, en lo que queremos y en probar
a los espíritus. “¿Yo pongo a prueba lo que pienso, lo que quiero, lo que
deseo? – se preguntó el Papa – ¿o tomo todo?”:
“Tantas
veces, nuestro corazón es un camino, pasan todos por allí… Poner a la prueba.
¿Y elijo siempre las cosas que vienen de Dios? ¿Sé cuáles son aquellas que
vienen de Dios? ¿Conozco el verdadero criterio para discernir mis pensamientos,
mis deseos? Pensemos esto y no olvidemos que el criterio es la Encarnación del
Verbo. El Verbo ha venido en la carne: ¡Éste es Jesucristo! Jesucristo que se
ha hecho hombre, Dios hecho hombre, se ha abajado, se ha humillado por amor,
para servirnos a todos nosotros. Y que el Apóstol Juan nos conceda esta gracia
de conocer qué sucede en nuestro corazón y tener la sabiduría de discernir lo
que viene de Dios y lo que no viene de Dios”.
(María
Fernanda Bernasconi – RV).
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