sábado, 26 de septiembre de 2020

EL HIJO DEL HOMBRE VA A SER ENTREGADO EN MANOS DE LOS HOMBRES" (Lc 9, 43-45).

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y también  compartirlo, además de con los sacerdotes también con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo también todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja

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26 de Septiembre, sábado de 2020

Comentario del Evangelio: "GRABAD EN VUESTROS OÍDOS ESTAS PALABRAS: EL HIJO DEL HOMBRE VA A SER ENTREGADO EN MANOS DE LOS HOMBRES" (Lc 9, 43-45).

En esta ocasión yo diría que Nuestro Señor Jesucristo se parece a las madres: repite y repite una y otra vez una idea a sus discípulos como una madre a sus hijos.

Me llama poderosísimamente la atención estas palabras del Señor al afirmar: Meteos bien en los oídos; grabad en vuestros oídos; poned en vuestros oídos...

Así lo traducen varios autores el Evangelio de hoy.

¿Qué es lo que quieres, Señor, que se nos grabe en nuestro corazón?

¿Por qué insistes con tanta fuerza en que no nos olvidemos? ¿De qué se trata? ¿Qué quieres meterme en la cabeza? 

Pues se trata de anunciar, una y otra vez, su Pasión y Muerte.

Los Apóstoles no entendían sus palabras ni querían entenderlas en todo lo que se refiriese a Su Pasión y Muerte de Cruz.

"No entendían ese lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto", dice el Evangelio.

Tú y yo le decimos que sí, que queremos entender sus palabras y ponerlas en práctica, pero nos cuesta.

Métenos en la cabeza, que como Tú, Señor, también nosotros hemos de pasar por la pasión y la cruz para llegar al Cielo.

Tu cruz fue una cruz dura, pesada tosca, sin ningún valor humano. Cargaste con la cruz, amaste la cruz, moriste, por amor, en la cruz. Queremos, Señor, seguirte.

Queremos llevar nuestra cruz, pero no arrastrándola, con quejas y con mala gana.

Queremos llevarla como Tú y así convertirla en la Santa Cruz. Pero somos débiles...,

¡¡¡AYÚDANOS, SEÑOR!!! a que se nos meta en la cabeza. Que no se nos olvide. Que no se me olvide esta verdad. 

Quisiera parecerme a varias personas que conozco y las admiro:

¡Cómo llevan su cruz... sus dolores..., sus sufrimientos! ¡Con qué paz! Con qué alegría interna!

¿Seré, yo, Señor, capaz de llevar así mi cruz?

Se lo pido a la Virgen de las Angustias.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague este  esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos  abandone nunca. Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo.   Franja.

Confeccionado por Franja.

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Queremos llevar nuestra cruz,

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