Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y también compartirlo, además de con los sacerdotes también con los seglares que lo soliciten. Lo pongo también todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja
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25 de septiembre, viernes de 2020.
Comentario del Evangelio: "JESÚS ESTABA ORANDO SÓLO" (Lc 9, 18-22).b
En el Evangelio de hoy Jesús vuelve a preguntar quién dice la gente qué es Él y qué piensan, también, los Apóstoles de Él.
En varias ocasiones lo hemos comentado, por eso hoy quiero fijarme en las primeras palabras: "Jesús estaba orando sólo".
De nuevo, Jesús orando. ¿Cómo aprenderemos, tú y yo, que sin la oración no es posible el vivir cristiano?
Orar con la Iglesia, orar en la Iglesia, orar en familia, y orar a solas.
Todos los que recibís esta reflexión o comentario del Evangelio sois personas que oráis.
Permitidme que hoy os dé algunos consejos para que cada día nos ayude más la lectura diaria de la Sagrada Escritura y nos sea eficaz. Acabo de leerlo, en Llamados a la vida de Jacques Philippe, y a mí personalmente me ha venido muy bien.
1. Esta lectura ha de hacerse en un ambiente de oración. Oración humilde, perseverante y confiada.
A solas. En silencio. Con paz. En la presencia de Dios.
2. Es necesaria también una actitud de fe: creer que Dios me quiere hablar.
Dice Santa Teresa del Niño Jesús: "Lo que por encima de todo me sustenta durante mis oraciones es el Evangelio: en él encuentro todo lo necesario para mi pobre alma. Allí descubro siempre luces nuevas, unos sentimientos ocultos y misteriosos" (Obras completas, folio 83).
Esta gran santa lo experimentaba así porque, además de su inmensa confianza, tenía una gran sed de verdad y un enorme deseo de dejarse instruir por Dios.
3. La tercera condición es un auténtico deseo de CONVERSIÓN.
Es el deseo de que la meditación de la Palabra nos convierta y desenmascare nuestro pecado para hacernos amar a Dios y al prójimo con amor verdadero.
Queremos que la Sagrada Escritura transforme nuestra vida y nuestro corazón.
Leer el Evangelio es correr un riesgo: el riesgo de que nos acuse profundamente y nos diga cosas que no tenemos mucho interés en oír.
Cuando se lee con esa actitud, suelen surgir sorpresas. Dios nos reclama la urgencia de una conversión y de una puesta en práctica.
4. Si creemos detectar en un texto determinado una llamada personal, y se trata de una opción que puede tener repercusiones importantes en nuestra vida, es preciso tener la prudencia de pedir explicación y consejo a un director espiritual.
5. Empezar y terminar, siempre, rezando un Avemaría a la Virgen
Jesús Mateo. Sacerdote
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Que Dios pague este esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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Jesús vuelve a preguntar
quién dice la gente qué es Él
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