domingo, 5 de septiembre de 2021

COMENTARIO: "Y EN EL COLMO DEL ASOMBRO DECÍAN: TODO LO HA HECHO BIEN: HACE OÍR A LOS SORDOS Y HABLAR A LOS MUDOS". (Mc 7, 31-37).

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

D. Jesús Mateo me envía el presente comentario:

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5 de septiembre, Domingo 2021.

COMENTARIO: "Y EN EL COLMO DEL ASOMBRO DECÍAN: TODO LO HA HECHO BIEN: HACE OÍR A LOS SORDOS Y HABLAR A LOS MUDOS". (Mc 7, 31-37). 

Es verdad. Jesucristo todo lo hizo bien. Pasó por el mundo haciendo el bien. Hoy narra el Evangelista San Marcos que curó a un sordo que además, apenas podía hablar. Tú y yo le podemos decir al Señor: Todo lo has hecho bien en mi vida. Te doy gracias, Dios mío, por haber recibido el Sacramento del Bautismo, la Confesión, la Comunión y tantas y tantas gracias hasta el día de hoy. Lo que ha habido de mal en mi vida ha sido cosecha propia y has sido tan bueno que me has perdonado todo. Ayúdame, Señor, a hacer el bien, como Tú, a lo largo de mi vida. 

Al pensar en el sordomudo del Evangelio de hoy creo que es una oportunidad para hablarle a Dios de "nuestra sordera". Tenemos el peligro de no oír, de no escuchar lo que Dios nos dice y nos pide.

Yo le digo al Señor: háblame. ¿Qué quieres de mí? Yo te quiero escuchar. Quiero oír tu voz. Háblame. Me parezco a esos sordos a los que hay que gritar y no se enteran. Ábreme los oídos como al sordo del Evangelio al que se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar correctamente.

Dios quiera que nos ocurra a nosotros lo mismo, que nos limpie del pecado, nos abra los oídos para escuchar la Palabra de Dios y suelte nuestra lengua para alabar y proclamar las maravillas de Dios.

Repito: Debemos escuchar lo que Dios nos insinúa en nuestra alma. Qué pena que a veces no queramos oir, pues no hay peor sordo que el que no quiere oír.Por otro lado, debemos hablar y no callar. Hablar del amor de Dios, de su perdón, de la belleza del amor, del tesoro incomparable de tener fe y creer en Jesucristo.

Que la Virgen nos ayude a escuchar, como Ella, con oído atento lo que Dios nos pide, y ponerlo por obra con una disponibilidad total.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.,

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