Jesús Mateo me envía el presente comentario:
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14 de septiembre, martes 2021.
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ.
COMENTARIO: "TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU UNOGÉNITO PARA QUE TODO EL QUE CREE EN ÉL TENGA VIDA ETERNA". (Jn 3, 13-17)
Muchos pueblos disfrutan de una ermita dedicada a la Santa Cruz o a una de las imágenes del Santo Cristo Crucificado. Su fiesta la celebran en este día. La devoción de los hijos de estos pueblos a "su bendita imagen" es auténtica. La llevan en el corazón de generación en generación.
¿Por qué nuestros mayores dedicaron una ermita a la Santa Cruz? La Cruz es un misterio, misterio de Amor, que sólo se entiende desde el corazón y desde el amor.
La cruz la entienden todos los que saben amar. Las madres son las que más "viven" la cruz porque son las que más entienden de amor. Los enamorados, en muchas ocasiones, se regalan una cruz.
Jesucristo, Nuestro Señor, nos ganó y nos redimió con su Cruz bendita. Y nos dejó en herencia la Santa Cruz. Es la señal del cristiano, juntamente con el amor.
Todos, absolutamente todos tenemos cruces. Y cruces duras, fuertes, cruces que muchas veces no entendemos y que nos hacen preguntarnos: Señor, ¿por qué a mi? ¿Por qué tanto dolor y tanto sufrimiento, físico y moral? ¿Por qué esta pandemia? ¿Por qué esta enfermedad? ¿Por qué esta persecución y esta calumnia? ¿Por qué?... ¿Por qué?
En esta ocasión te invito a mirar la Cruz, a besar la Cruz, a besar y a mirar a Cristo Crucificado, DIVINO LOCO, loco de AMOR por ti y por mí; divino loco que nos redimió dando la vida por ti y por mí. Con esa bendita Cruz nos abrió las puertas del Cielo y "con Ella nos vinieron todos los bienes".
En estos momentos me viene a la mente una reflexión: ¿Por qué será que desde niños, juntamente con las primeras oraciones, aprendimos a santiguarnos diciendo: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo?
Y, te acuerdas lo que nos costó aprender a signarnoshaciendo tres cruces, la primera en la frente, la segunda en la boca y la tercera en el pecho diciendo: "Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro? Era como una premonición de lo que nos iba a costar a entender y a vivir la cruz de cada día.
Hoy es un buen día para prometerle al Señor amar la cruz que Dios permite que tengamos diariamente y que se nos presenta de muy diversas formas: enfermedad, dolor, pandemia, pobreza, desprecio, soledad, persecución, crisis de todo tipo, incomprensiones...
Yo le pido a Dios, para ti y para mí, un corazón grande para amar. Sí. El que ama sufre, pero si ama de verdad es feliz, muy feliz. Y tú y yo queremos ser felices, muy felices. Que la Virgen, Nuestra Señora, nos enseñe a amar.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.,
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