Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Navidad 2015: felicitación del Prelado del Opus Dei
Navidad
2015: felicitación del Prelado del Opus Dei
"La
Navidad es la entrega misericordiosa de Dios
a toda la humanidad",
así
explica esta fiesta el prelado del Opus Dei
en este vídeo.
Navidad
2015: felicitación del Prelado del Opus Dei
23
de Diciembre de 2015
Hace
pocos días, pudimos contemplar la apertura de la puerta santa con motivo del
Año de la misericordia convocado por el Papa Francisco. Entonces, todos le
acompañamos.
Pero
yo quería hacer notar que la Virgen, por su gran vida interior proveniente de
esa Concepción Inmaculada, fue la criatura que más entendió tanto del amor de
Dios como del sinónimo del amor de Dios, que es su misericordia. Y esto me
parece que engarza perfectamente con la Navidad, que es la entrega
misericordiosa de Dios a toda la humanidad.
Hemos
de aprovechar estos días próximos, días de auténtica alegría, de auténtico
gozo, de auténtico ocuparnos y de vivir una fraternidad cada vez más extensa
porque Dios ha querido compartir con nosotros su vida, y nos ha dicho que somos
hermanos suyos, siendo hijos de Dios en Cristo
¿Cómo
podemos aprovechar esta Navidad, siguiendo la pauta del año de la misericordia?
De muchas maneras. A cada uno se le ocurrirá lo que la gracia le irá
inspirando. Las familias pueden reunirse para leer un poquito de la bula que el
Papa ha querido dedicar a este año de la misericordia del Señor. Otra manera es
contemplar las distintas escenas del Evangelio en las que Cristo sale al
encuentro de los necesitados.
Y,
sobre todo, que nos demos cuenta que ese nacimiento suyo en Belén, en mitad de
tantas exigencias y tantas carencias, es otra prueba de la misericordia de Dios
con nosotros.
San
Josemaría nos decía que no debemos tener miedo a hablar con Jesús porque es el
que comprende más, el gran amante, el gran Dios que sabe perdonar.
Por
eso, acerquémonos a la cuna que es, como también decía san Josemaría, una
cátedra de enseñanzas y pidámosle a Él que sepamos aprender todos los días a
querer. ¿Querer a quienes? En primer lugar, a las personas que nos rodean, en
la propia familia, en el proprio ambiente de trabajo, en el lugar en el que nos
encontramos con los amigos, en los tiempos de descanso. Y también tener esa
santa preocupación de acudir a ayudar, a sostener, no solamente desde el punto
de vista material, sino desde un punto de vista de amistad, de fraternidad, a
gente indigente y menesterosa con una sonrisa ¡Tantos hombres!
Aparte
de que procuremos también ayudar económicamente, materialmente, otra manera con
la que podemos vivir esta Navidad, santamente y alegremente es, concretamente,
mirando más a la Virgen, pensando en Ella. Esa Criatura perfecta, con una
personalidad totalmente acabada, supo pasar por el camino de la humildad para
servir. Ella lo dice expresamente en el Magnificat, reconociendo su poquedad:
"Porque ha visto la poquedad de su sierva" me ha elegido para esta
tarea sublime de ser la Madre de Dios. ¿Queremos de verdad acompañar al Señor
en todo lo que nos pida? Abracemos el camino de la humildad, esa respuesta tan
total y tan completa tan maravillosa y tan al alcance de la mano. Al mismo
tiempo, que es difícil.
"Ancilla
domini": que queramos ser todas y todos siervos y siervas de Dios que
viven gozosamente el estar atendiéndole a Él, ahora en este tiempo de Navidad,
sabiendo que nos necesita. También san Josemaría decía que el Niño tiende las
manos para agarrarse a nuestro cuello, pidiéndonos ayuda, pidiéndonos consuelo
y esto lo pide también a través de las necesidades de las personas con las que
convivimos, o de las personas a las que hemos de ir a visitar, a ver, a
ayudarles, para sentirnos hermanos de ellos.
Vamos
a aprovechar la Navidad diciendo al Señor: "Gloria in Excelsis Deo".
Pero también gloria aquí en la tierra, porque nos damos cuenta de que Dios
quiere estar con nosotros y vivir con nosotros. Que Dios os bendiga.
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