Homilías del Papa y Temas sacerdotales
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Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y compartirlo, además de con los sacerdotes, también con los seglares que lo soliciten. Lo pongo también todos los días en uno de mis Blogs. Franja..
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30 de Marzo, Lunes, de 2020
Comentario: "YO NO TE CONDENO. ANDA, Y EN ADELANTE NO PEQUES MÁS" (Jn 8, 1-11).
Este hecho sucedió en la realidad.
Los escribas y fariseos, mala gente, presentan a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio.
Según la Ley de Moisés debía ser apedreada.
A Jesucristo le hacen una pregunta capciosa:
¿Debe ser apedreada? Es una trampa en toda la regla Si dice que no, le van a acusar de ir contra la Ley de Moisés, algo gravísimo. Si la condena le van a echar en cara que no tiene corazón, y que por tanto, no puede ser el Mesías.
¿Qué hace Jesús?
Se inclina y escribe con el dedo en el suelo.
Al insistir y preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra".
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
¿Qué escribiría Nuestro Señor? Alguien ha sostenido que iba escribiendo los pecados de los allí presentes.
Lo cierto es que ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Tuvo que ser algo impresionante. ¿Te lo imaginas?
Quedaron sólos Jesús y aquella mujer.
Jesús se incorporó y le preguntó:
Mujer, ¿dónde están tus acusadores?;
¿ninguno te ha condenado?
Ella contestó: Ninguno, Señor.
Jesús dijo: "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más".
¡¡¡QUÉ MARAVILLA!!!
¡Con cuánta delicadeza y con cuánta misericordia trata, Jesús, a esta mujer!
El Señor dio sentencia de condenación al pecado, pero no contra la mujer.
Mira: Tampoco nos condena a ti y a mí. Siempre nos perdona, si nos arrepentimos de nuestros pecados, por muy graves que sean.
Le decimos a Jesús, tú y yo, con el poeta:
Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados...
Pero ¿cómo te digo que me esperes
si estás para esperar los pies clavados?
Dile conmigo: "GRACIAS, SEÑOR POR EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN".
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja
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