jueves, 21 de abril de 2016

Homilías del Papa Santa Marta 21/04/2016

Homilías del Papa y Temas sacerdotales


Francisco \ Misa en Santa Marta

Homilía del Papa: hacer memoria de las cosas bellas de Dios

El Papa Francisco celebra la Misa matutina 
en la capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM
21/04/2016 12:31
(RV).- Que el cristiano siempre “haga memoria” de los modos y de las circunstancias con que Dios se ha hecho presente en su vida, porque esto refuerza el camino de la fe. Fue la idea central que el Papa Francisco manifestó en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

La fe es un camino que, mientras se va recorriendo, debe hacer memoria constante de lo que ha sido. De las “cosas bellas” que Dios ha realizado a lo largo del recorrido y también de los obstáculos, de los rechazos, porque Dios – aseguró el Santo Padre – “camina con nosotros y no se asusta de nuestras maldades”.

Hacer memoria de Dios que salva

Francisco se refirió nuevamente a un tema ya abordado, que le sugirió la Primera Lectura, en la que Pablo entra un día sábado en la sinagoga, en Antioquía, y comienza a anunciar el Evangelio partiendo de los albores del pueblo elegido, pasando por Abraham y Moisés, Egipto y la Tierra prometida, hasta llegar a Jesús.

El Papa subrayó que los discípulos plantean una “predicación histórica” que resulta fundamental, porque permite recordar los momentos sobresalientes, los signos de la presencia de Dios en la vida del hombre:

“Volver hacia atrás para ver cómo Dios nos ha salvado, recorrer el camino – con el corazón y con la mente –  con la memoria, y llegar así a Jesús. Es el mismo Jesús, en el momento más grande de su vida – jueves y viernes, en la Cena – en que nos ha dado su Cuerpo y su Sangre, y ha dicho: ‘Hagan esto en memoria mía’. La memoria de Jesús. Tener memoria acerca de cómo Dios nos ha salvado”.

“El Señor respeta”

La Iglesia llama, precisamente, “memorial” al Sacramento de la Eucaristía, así como – recordó el Pontífice –  en la Biblia el Deuteronomio es “el Libro de la memoria de Israel”. También nosotros – afirmó Francisco – “debemos hacer lo mismo” en “nuestra vida personal”, porque “cada uno de nosotros ha hecho un camino, acompañado por Dios, cercano a Dios” o “alejándose del Señor”:

“Hace bien al corazón cristiano hacer memoria de mi camino, de mi propio camino: acerca de cómo el Señor me ha conducido hasta aquí, cómo me ha llevado de la mano. Y las veces que yo le he dicho al Señor: ‘¡No! ¡Aléjate! ¡No quiero!’. El Señor respeta. ¡Es respetuoso! Pero hacer memoria, tener memoria de la propia vida y del propio camino. Retomar esto y hacerlo con frecuencia. ‘En aquel tiempo Dios me ha dado esta gracia y yo he respondido así, he hecho esto, aquello, aquello… Me ha acompañado…’. Y así llegamos a un nuevo encuentro, al encuentro de la gratitud”.

Memoria de las cosas bellas

El Santo Padre prosiguió explicando que del corazón debe nacer un “gracias” a Jesús, que jamás deja de caminar “en nuestra historia”. “Cuántas veces – reconoció Francisco – le hemos cerrado la puerta en la cara, cuántas veces hemos hecho de cuenta que no lo vemos, que no creemos en Él está con nosotros. Cuántas veces hemos renegado su salvación… Pero Él estaba allí”:

“La memoria nos acerca a Dios. La memoria de aquella obra que Dios ha hecho en nosotros, en esta re-creación, en esta re-generación, que nos trae más que el antiguo esplendor que tenía Adán en la primera creación. Yo les aconsejo esto, sencillamente: ¡hagan memoria! ¿Cómo ha sido mi vida, cómo ha sido mi jornada hoy, o cómo ha sido este último año? Memoria. ¿Cómo han sido mis relaciones con el Señor? Memoria de las cosas bellas, grandes que el Señor ha hecho en la vida de cada uno de nosotros”.



Francisco \ Misa en Santa Marta
 
Homilía del Papa: quien sigue a Jesús no se equivoca

El Papa Francisco celebra la Misa matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM


18/04/2016 13:25

(RV).- Si escuchamos la voz de Jesús y lo seguimos, no nos equivocaremos de camino. Fue el núcleo de la homilía del Papa Francisco durante la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice subrayó que el Señor, el “Buen Pastor”, es la única puerta que nos puede hacer entrar en el recinto de la vida eterna. De ahí su admonición a no fiarse de supuestos videntes y cartománticos que nos llevan por un camino equivocado.

La puerta, el camino y la voz. Partiendo del Evangelio del día, el Pontífice se refirió al pasaje del Buen Pastor, para detenerse en tres realidades determinantes para la vida del cristiano. Y observó, ante todo, la advertencia de Jesús: “El que no entra en el recinto de las ovejas por la puerta”, sino que lo hace por otra parte, “es un ladrón y un bandido”. Porque Él es la puerta, y “no hay otra”.

Preguntémonos siempre si tomamos decisiones en nombre de Jesús

“Jesús  – destacó el Obispo de Roma – siempre hablaba a la gente con imágenes sencillas: toda aquella gente sabía cómo era la vida de un pastor”. Y aprendieron que “sólo se entra por la puerta del recinto de las ovejas”. Los que quieren entrar por otra parte, por la ventana o por otra parte, en cambio, son delincuentes:

“De manera tan clara habla el Señor. No se puede entrar en la vida eterna por otra parte que no sea la puerta, es decir, que no sea Jesús’. Es la puerta de nuestra vida y no sólo de la vida eterna, sino también de nuestra vida cotidiana. Esta decisión, por ejemplo, ¿yo la tomo en nombre de Jesús, por la puerta de Jesús, o la tomo un poco – digámoslo con un lenguaje sencillo – la tomo de contrabando? ¡Sólo se entra en el recinto por la puerta, que es Jesús!”

Seguir a Jesús, no a los cartománticos y supuestos videntes

Por tanto Jesús – prosiguió explicando el Pontífice – habla del camino. El pastor conoce a sus ovejas y las conduce afuera: “Camina delante de ellas y las ovejas lo siguen”. El camino es precisamente esto – dijo también el Papa Bergoglio – “seguir a Jesús” en el “camino de la vida, de la vida de todos los días”. Y añadió que no es posible equivocarse, porque “Él va por delante y nos indica el camino”:

“¡Quien siegue a Jesús no se equivoca! ‘Eh, Padre, sí, pero las cosas son difíciles… Tantas veces yo no veo claro qué cosa hacer… Me dijeron que allá había una vidente  y fui allá, o allí; fui a lo del cartomántico, que me tiró las cartas…’ – ‘¡Si tú haces esto, no sigues a Jesús! Sigues a otro que te da otro camino, diverso. Él delante indica el camino. No hay otro que pueda indicar el camino’. Jesús nos ha avisado: ‘Vendrán otros que dirán: el camino del Mesías es esto, esto… ¡No lo escuchen! No los escuchen a ellos. ¡El camino soy Yo!’. Jesús es la puerta y también el camino. Si lo seguimos a Él no nos equivocaremos”.

Podemos escuchar la voz de Jesús en las Bienaventuranzas

Francisco se detuvo por último en la voz del Buen Pastor.  Y señaló que “las ovejas lo siguen porque conocen su voz”. A la vez que se preguntó ¿cómo podemos conocer la voz de Jesús, e incluso defendernos “de la voz de aquellos que no son Jesús, que entran por la ventana, que son delincuentes, que destruyen, que engañan?”:

"‘Yo te daré la receta, sencilla. Tú encontrarás la voz de Jesús en las Bienaventuranzas. El que te enseñe un camino contrario a las Bienaventuranzas, es uno que ha entrado por la ventana: ¡no es Jesús!’. Segundo: ‘¿Tú conoces la voz de Jesús? Tú puedes conocerla cuando nos habla de las obras de misericordia. Por ejemplo, en el capítulo 25 de San Mateo: ‘Si alguien te dice aquello que Jesús dice allí, es la voz de Jesús’. Y tercero: ‘Tú puedes conocer la voz de Jesús cuando te enseña a decir ‘Padre’, es decir, cuando te enseña a rezar el Padrenuestro”.

“Es tan fácil la vida cristiana – comentó el Santo Padre al concluir – Jesús es la puerta; Él nos guía en el camino y nosotros conocemos su voz en las Bienaventuranzas, en las obras de misericordia y cuando nos enseña a decir ‘Padre’. Acuérdense – terminó diciendo el Papa – ‘la puerta, el camino y la voz. Que el Señor nos haga entender esta imagen de Jesús, este icono: el pastor, que es puerta, indica el camino y nos enseña a nosotros a escuchar su voz’”.

(María Fernanda Bernasconi - RV).



Homilía del Papa: permitir que Dios nos abra el corazón


El Papa Francisco celebra la Misa matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM


15/04/2016 12:29


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(RV).-  A un corazón duro que elige abrirse con “docilidad” a su Espíritu, Dios siempre da la gracia y la “dignidad” para volverse a levantar, realizando, “si fuera necesario”, un acto de humildad. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, al comentar el pasaje bíblico de la conversión de San Pablo.

Tener fervor por las cosas sagradas no quiere decir tener un corazón abierto a Dios. El Papa Francisco puso el ejemplo de un hombre fervoroso en la fidelidad a los principios de su fe, Pablo de Tarso, pero con el “corazón cerrado”, totalmente sordo a Cristo, es más, “de acuerdo” con exterminar a sus secuaces hasta el punto de hacerse autorizar a encadenar a quienes vivían en Damasco.

La humillación que ablanda el corazón

Todo sucede precisamente a lo largo del camino que lo lleva a esta meta y la de Pablo – afirmó el Papa – se convierte en la “historia de un hombre que deja que Dios le cambie el corazón”. Pablo es envuelto por una luz potente, oye una voz que lo llama, cae y se vuelve ciego momentáneamente. “Saulo el fuerte, el seguro, estaba por el suelo, comentó Francisco. Y subrayó que en esa condición, “comprende su verdad, que no es “un hombre como Dios quería, porque Dios nos ha creado a todos nosotros para estar de pie, con la cabeza alta”. Sin embargo, la voz del cielo no dice sólo: “¿Por qué me persigues?”, sino que invita a Pablo a levantarse:

“‘Levántate y te será dicho’. Ti debes aprender aún. Y cuando comenzó a levantarse no podía, porque se dio cuenta de que estaba ciego: en aquel momento había perdido la vista. ‘Y se dejó guiar’: comenzó, el corazón, a abrirse. Así, guiándolo de la mano, los hombres que estaban con él lo condujeron a Damasco y durante tres días permaneció ciego y no tomó alimento ni bebida. Este hombre estaba por el suelo, pero entendió inmediatamente que debía aceptar esta humillación. Precisamente el camino para abrir el corazón es la humillación. Cuando el Señor nos envía humillaciones o permite que vengan las humillaciones es precisamente para esto: para que el corazón se abra, sea dócil, [para que] el corazón se convierta al Señor Jesús.

Protagonista es el Espíritu Santo

El corazón de Pablo se ablanda.  En aquellos días de soledad y ceguera, cambia su vista interior. Después Dios le envía a Ananías, que le impone las manos y los ojos de Saulo vuelven a ver. Pero hay un aspecto en esta dinámica que – afirmó el Pontífice –, se debe tener muy en cuenta:

“Recordemos que el protagonista de estas historias no son ni los doctores de la ley, ni Esteban, ni Felipe, ni el eunuco, ni Saulo… Es el Espíritu Santo. Protagonista de la Iglesia es el Espíritu Santo que conduce al pueblo de Dios. E inmediatamente se le cayeron de los ojos como dos escamas y recuperó la vista. Se levantó y fue bautizado. La dureza del corazón de Pablo – Saulo, Pablo – llega a ser docilidad al Espíritu Santo”.

La dignidad de volver a levantarse

“Es bello – concluyó diciendo el Obispo de Roma  – ver cómo el Señor es capaz de cambiar los corazones” y hacer que “un corazón duro, terco, se transforme en un corazón dócil al Espíritu”:

“Todos nosotros tenemos durezas en el corazón: todos nosotros. Si alguno de ustedes no las tiene, levante la mano, por favor. Todos nosotros. Pidamos al Señor que nos haga ver que estas durezas nos echan al piso. Que nos envíe la gracia y también  – si fuera necesario – las humillaciones para que no permanezcamos en el piso y levantarnos, con la dignidad con la que nos ha creado Dios, es decir, la gracia de un corazón abierto y dócil al Espíritu Santo”.

(María Fernanda Bernasconi - RV).


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