Blog de Tío Paco-Franjaoli-Franja
El silencio dejó crecer el misterio en la esperanza,
el Papa el viernes en
Santa Marta
2013-12-20 Radio Vaticana
El misterio de nuestro encuentro con Dios se comprende en un
silencio que no busca publicidad. Sólo el silencio custodia el misterio del
camino que el hombre cumple con Dios. Lo aseguró el Papa Francisco en la
homilía de la Misa presidida en la Casa de Santa Marta. Que el Señor, pidió el
Santo Padre, nos dé "la gracia de amar el silencio", que tiene
necesidad de ser "custodiado" lejos de toda "publicidad".
En la historia de la salvación, no el bullicio ni las plateas,
sino la sombra y el silencio son los “lugares” que Dios ha elegido para
manifestarse al hombre. Confines evanescentes de los que su misterio ha tomado
de vez en vez una forma visible, ha tomado carne. La reflexión del Pontífice
partió de los instantes de la Anunciación, propuesta por el Evangelio de hoy,
de forma particular el pasaje en el que el Ángel dice a María que la potencia
del Altísimo la “cubrirá con su sombra”. Como, en el fondo, casi de la misma
sustancia de la sombra estaba también hecha la nube con la cual, recordó el
Pontífice, Dios había protegido a los judíos en el desierto:
“El Señor siempre se ha ocupado del misterio y ha cubierto el
misterio. No ha hecho publicidad al misterio. Un misterio que hace publicidad
de sí no es cristiano, no es el misterio de Dios: ¡es una farsa de misterio! Y
esto es lo que ocurrió aquí a la Virgen, cuando recibe a su Hijo: el misterio
de su maternidad virginal está escondido. ¡Estuvo escondido toda la vida! Y
Ella lo sabía. Esta sombra de Dios, en nuestra vida, nos ayuda a descubrir
nuestro misterio: nuestro misterio del encuentro con el Señor, nuestro misterio
del camino de la vida con el Señor”.
“Cada uno de nosotros – afirmó el Obispo de Roma – sabe cómo
obra el Señor misteriosamente en nuestro corazón, en nuestra alma”. Y ¿cuál es
– se preguntó – “la nube, la potencia, cual es el estilo del Espíritu Santo
para cubrir nuestro misterio?”:
“Esta nube en nosotros, en nuestra vida se llama silencio: el
silencio es precisamente la nube que cubre el misterio de nuestra relación con
el Señor, de nuestra santidad y de nuestros pecados Este misterio que no
podemos explicar. Pero cuando no hay silencio en nuestra vida, el misterio se
pierde, se va. ¡Custodiar el misterio con el silencio! Aquella es la nube,
aquella es la potencia de Dios para nosotros, aquella es la fuerza del Espíritu
Santo”.
La Madre de Jesús ha sido el icono perfecto del silencio. Desde
el anuncio de su excepcional maternidad hasta el Calvario. “Pienso, meditó
Francisco, en cuantas veces ha guardado silencio y cuantas veces no ha dicho
aquello que sentía para custodiar el misterio de la relación con su Hijo”,
hasta el silencio más crudo, “al pie de la Cruz”:
“El Evangelio no nos dice nada: si ella dijo o no una palabra …
Era silenciosa, pero dentro su corazón, ¡cuántas cosas decía al Señor! ‘Tú,
aquel día - esto es lo que hemos leído - me has dicho que será grande; tú me
has dicho que le habrías dado el Trono de David, su padre, que habría reinado
por siempre ¡y ahora lo veo allí!’. ¡La Virgen era humana! Y quizás tenía ganas
de decir: ‘¡Mentiras! ¡He sido engañada!’: Juan Pablo II decía esto, hablando
de la Virgen en aquel momento. Pero Ella, con el silencio, ha cubierto el
misterio que no comprendía y con este silencio ha dejado que este misterio
pudiese crecer y florecer en la esperanza”.
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