Homilías del Papa y Temas sacerdotales

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D. Jesús Mateo me envía todos los días un comentario del Evangelio que lo encuentro muy aprovechable para los sacerdotes y para algunos laicos con vida interior y deseos de mejorar su vida cristiana.
Por eso lo incluyo en un blog de internet, que hace tiempo está haciendo difusión del bien. Al menos esa es mi intención.
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21 de Octubre, lunes de 2019.

Comentario: "MIRAD, GUARDAOS DE TODA CLASE DE CODICIA" (Lc 12, 13-21).
A Jesús le piden que intervenga en un asunto de herencias. Jesús no entra a ese hecho concreto, sino que, de acuerdo con su misión, enseña la actitud cristiana ante los bienes materiales.
El Señor no está contra las riquezas en sí mismas.

En el Evangelio de hoy sí que vemos que divide el apego al dinero: Dos hermanos se pelean por su herencia. Por desgracia, el amor a las riquezas se antepone al amor de la familia, de los hermanos...¡¡¡QUÉ PENA!!!
(¡Cuántos casos, por desgracia, conocemos!)
Jesús aprovecha la ocasión para advertirnos a todos: "Estad alerta y guardaos de toda avaricia , porque aunque alguien tenga abundancia de bienes, su vida no depende de aquello que posee".
Y para que quedara bien clara su doctrina les puso esta parábola:

"Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: ¿Qué haré? No tengo dónde almacenar la cosecha. Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado? Así será el que atesora riquezas para sí y no es rico ante Dios".

¡¡¡NECIO!!!
Esta palabra me impresiona; me da miedo que el Señor nos la diga a ti y a mí.
Este hombre fue "necio" porque puso toda su esperanza, su fin último, como bien absoluto, en los bienes de la tierra.
Su amor desordenado al dinero cegó su esperanza en Dios. Fue un hombre "necio".
Todos podemos ser "necios". Y lo seremos si amamos desordenadamente los bienes materiales, pocos o muchos, porque en ese caso, son un obstáculo para seguir al Señor.
La felicidad no está en los bienes materiales. Éstos no llenan nuestro corazón.
Hemos de luchar por los tesoros de "la herencia incorruptible".
Como dice San Pablo: Cristo mismo es "nuestra única esperanza".
Nada más puede llenar nuestro corazón. Y, junto a Él, encontraremos todos los bienes prometidos, que no tienen fin.

Que la Virgen, Nuestra Señora, "Esperanza nuestra", nos ayude a poner el corazón en los bienes que perduran,
¡en Cristo!
Jesús Mateo. Sacerdote
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Pidamos a la Virgen María que no decaiga este deseo de buscar el bien espiritual de los amigos. Franja.
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Confeccionado en este blog por Franja. Felicidades a D. JESÚS Mateo por su esfuerzo
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