Temas sacerdotales y Homilías del Papa.
Homilias de Papa Francisco
Como María,
dejemos que Dios camine con nosotros,
dijo el Papa en
la Fiesta de la Natividad de la Virgen
2014-09-08
Radio Vaticana
Viendo la historia de María, preguntémonos si
dejamos que Dios camine con nosotros. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía
de la misa matutina celebrada en la
Capilla de la
Casa de Santa Marta en la Fiesta de la Natividad de la Virgen. El Pontífice
subrayó que Dios está “en las cosas grandes”, pero también en las pequeñas, y
añadió que tiene la “paciencia” de caminar con nosotros, incluso si somos
pecadores.
El Papa Francisco ofreció su meditación
sobre la Creación
y el camino que Dios hace con nosotros en la historia. Cuando leemos el libro
del Génesis – observó – “corremos el riesgo de pensar que Dios haya sido un
mago” que hacía las cosas “con la barita mágica”. Pero advirtió que “no ha sido
así”, porque Dios ha hechos las cosas y las ha dejado ir con las leyes
internas, interiores, que Él ha dado a cada una, para que se desarrollaran,
para que llegaran a la plenitud. Y añadió que el Señor “a las cosas del
universo les ha dado autonomía, pero no independencia”:
“¡Porque Dios no es mago, es creador! Y
cuando en el sexto día, de aquel relato, llega la creación del hombre da otra
autonomía, algo diversa, pero no independiente: una autonomía que es la
libertad. Y dice al hombre que vaya adelante en la historia, lo hace
responsable de la creación, también para que domine la creación, para que la
lleve adelante y para llegar así a la plenitud de los tiempos. ¿Y cuál era la
plenitud de los tiempos? Lo que Él tenía en el corazón: la llegada de su Hijo.
Porque Dios – hemos oído a Pablo – nos ha predestinado, a todos, a ser
conformes a la imagen del Hijo”.
Y éste – afirmó el Papa – “es el camino
de la humanidad, es el camino del hombre. Dios quería que nosotros fuéramos
como su Hijo y que su Hijo fuera como nosotros”. De este modo Francisco dirigió
un pensamiento al pasaje del Evangelio del día que narra la genealogía de
Jesús. En “este elenco – dijo – están los santos y también los pecadores, pero
la historia va adelante porque Dios ha querido que los hombres fuéramos
libres”. Y si es verdad que cuando el hombre “usó mal su libertad, Dios lo echó
del Paraíso” también es verdad que “le hizo una promesa y el hombre salió del
Paraíso con esperanza. Pecador, ¡pero con esperanzas!”. Y reafirmó que los
hombres no recorren su camino solos, sino que Dios camina con nosotros. Porque
Dios hizo una opción: optó por el tiempo, no por el momento. Es el Dios del
tiempo, es el Dios de la historia, es el Dios que camina con sus hijos”. Y esto
hasta la “plenitud de los tiempos” cuando su Hijo se hace hombre.
Dios – afirmó también el Papa – “camina
con justos y pecadores”. Camina “con todos, para llegar al encuentro, al
encuentro definitivo del hombre con Él”. También recordó que el Evangelio
termina con esta historia de siglos “en una casa pequeña, en una localidad
pequeña” con José y María. “El Dios de la gran historia – destacó – y también
de la pequeña historia, está allí, porque quiere caminar con cada uno”.
Francisco citó asimismo a Santo Tomás,
cuando afirma: “No se asusten de las cosas grandes, pero tengan también en cuenta
las pequeñas, porque esto es divino”. “Y así es Dios – dijo el Papa – está en
las cosas grandes”, pero también en las pequeñas:
“El Señor que camina con Dios es
también el Señor de la paciencia. La paciencia de Dios. La paciencia que ha
tenido con todas estas generaciones. Con todas estas personas que han vivido su
historia de gracia y de pecado. Dios es paciente. Dios camina con nosotros,
porque Él quiere que todos nosotros lleguemos a ser conformes a la imagen de su
Hijo. Y desde el momento en que nos ha dado la libertad en la creación – no la
independencia – hasta hoy sigue caminando”.
Francisco también afirmó que de este
modo, “llegamos a María”. Hoy – dijo el Papa – “estamos en la antecámara de
esta historia: el nacimiento de la
Virgen ”. Y “pedimos en la oración que el Señor nos de unidad
para caminar juntos y paz en el corazón. Es la gracia de hoy”:
“Hoy podemos ver a la Virgen , pequeñita, santa,
sin pecado, pura, elegida para convertirse en la Madre de Dios y también ver
esa historia que está detrás, tan larga, de siglos, y preguntarnos: ‘¿Cómo
camino yo en mi historia? ¿Dejo que Dios camine conmigo? ¿Dejo que Él camine
conmigo o quiero caminar solo? ¿Dejo que Él me acaricie, me ayude, me perdone,
me lleve adelante para llegar al encuentro con Jesucristo?’. Este será el fin
de nuestro camino: encontrarnos con el Señor. Esta pregunta nos hará bien hoy.
‘¿Dejo que Dios tenga paciencia conmigo?’. Y así, viendo esta historia grande y
también esta pequeña localidad, podemos alabar al Señor y pedirle humildemente
que nos de la paz, esa paz del corazón que sólo Él nos puede dar. Que sólo nos
da cuando dejamos que Él camine con nosotros”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
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