Temas sacerdotales y Homilías del Papa.
El
Papa: Lloro por los cristianos crucificados;
también hoy se mata en nombre de
Dios
2014-05-02
Radio Vaticana
(RV).-
(Con audio)
También hoy hay tantos
“dueños de las conciencias”: en algunos países hay quien mata en nombre de Dios
o se va a la cárcel por llevar un Evangelio o una cruz. Lo afirmó el Papa
Francisco durante la Misa presidida en la Capilla de la Casa de Santa Marta, en
que confesó que lloró ante la noticia de que algunos cristianos fueron
crucificados.
El
Papa centró su homilía en el Evangelio de la multiplicación de los panes y de
los peces y en la lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles, en que los
discípulos de Jesús son flagelados por el Sanedrín. Francisco propuso tres
iconos: el primero es el amor de Jesús por la gente, su atención ante los
problemas de las personas.
Y
observó que al Señor no le preocupa cuántos lo siguen, no “le pasa por la
mente, por ejemplo, hacer un censo” – dijo – para ver si “la Iglesia ha
aumentado… ¡no! Él habla, predica, ama, acompaña, recorre el camino con la
gente, mansa y humilde”. Y habla con autoridad, es decir, con “la fuerza del
amor”.
El
segundo icono lo representan los “celos” de las autoridades religiosas de aquel
tiempo: “¡No toleraban – exclamó el Papa – que la gente fuera detrás de Jesús!
¡No lo toleraban! Tenían celos. Y dijo que ésta es una actitud fea. Y de los
celos a la envidia – prosiguió – sabemos que el padre de la envidia” es “el
demonio”. Y por la envidia “entró el mal en el mundo”. “Esta gente – dijo
también Francisco – sabía bien quién era Jesús: ¡lo sabía! ¡Esta gente era la
misma que había pagado a la guardia para decir que los apóstoles habían robado
el cuerpo de Jesús!”:
“Habían
pagado para silenciar la verdad. Pero, la gente es mala, ¡verdaderamente!
Porque cuando se paga para esconder la verdad, somos muy malos. Y por esto la
gente sabía quiénes eran éstos. No los seguían, los toleraban porque tenían
autoridad: la autoridad del culto, la autoridad de la disciplina eclesiástica
de aquel tiempo, la autoridad sobre el pueblo… y la gente seguía. Jesús dice de
ellos que ataban pesos oprimentes sobre los fieles y los cargaban sobre las
espaldas de la gente. Esta gente no tolera la mansedumbre de Jesús, no tolera
la mansedumbre del Evangelio, no tolera el amor. Y paga por envidia, por odio”.
Durante
la reunión del Sinedrio hay un “hombre sabio”, Gamaliel, que invita a los
líderes religiosos a liberar a los apóstoles. De este modo, reafirmó el Papa,
están estos dos iconos: Jesús que se conmueve al ver a la gente “sin pastor” y
las autoridades religiosas…
“Éstos,
con sus maniobras políticas, con sus maniobras eclesiásticas para seguir
dominando al pueblo… Y así, hacen venir a los apóstoles, después de que habló
este hombre sabio, llamaron a los apóstoles y los hicieron flagelar y les
ordenaron que no hablaran en nombre de Jesús. Por tanto, los pusieron en
libertad. ‘Pero, algo debemos hacer: ¡les daremos un buen bastonazo y después a
su casa!’. Injusto, pero lo hicieron. Ellos eran los dueños de las conciencias,
y sentían que tenían el poder de hacerlo. Dueños de las conciencias… También
hoy, en el mundo, hay tantos”.
“Yo
lloré – dijo el Papa – cuando vi en los media” la noticia de “cristianos
crucificados en cierto país no cristiano. También hoy – subrayó – hay gente
así, que en nombre de Dios, mata, persigue. Y también hoy vemos a tantos que,
“como los apóstoles”, se sienten “dichosos por haber sido juzgados dignos de
padecer ultrajes por el nombre de Jesús”. Éste – dijo – “es el tercer icono de
hoy. La alegría del testimonio”:
“Primer
icono: Jesús con la gente, el amor, el camino que Él nos ha enseñado, por el
que debemos ir. Segundo icono: la hipocresía de estos dirigentes religiosos del
pueblo, que habían encarcelado al pueblo con estos mandamientos, con esta
legalidad fría, dura, y que también han pagado para esconder la verdad. Tercer
icono: la alegría de los mártires cristianos, la alegría de tantos hermanos y
hermanas nuestros que en la historia han sentido esta alegría, esta felicidad
por haber sido juzgados dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús. ¡Y
hoy hay tantos! Piensen que en algunos países, sólo por llevar el Evangelio,
vas a la cárcel. Tú no puedes llevar una cruz: te harán pagar la multa. Pero el
corazón se siente feliz. Los tres iconos: mirémoslos, hoy. Es parte de nuestra
historia de la salvación”.
(María
Fernanda Bernasconi – RV).
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