Temas sacerdotales y Homilías del Papa.
Papa Francisco: recibamos con corazón de niños al Espíritu
Santo, que nos regala la paz que nadie puede arrebatarnos
2014-05-20 Radio Vaticana
(RV).- (Se actualizó con video - con audio) La paz de Jesús, no la de este mundo que se
afianza en las cosas materiales, dinero y poder, hizo hincapié el Papa
Francisco en su homilía de la Misa matutina, en la Capilla de la Casa de Santa
Marta, este martes. Con el Evangelio de Juan y las palabras de Jesús antes de
la Pasión, anunciando a sus discípulos: ‘les doy mi paz’, el Santo Padre, puso
de relieve que es una paz completamente distinta de la paz que da el mundo:
«Por ejemplo, nos ofrece la paz de las riquezas: ‘pero, yo estoy
en paz porque tengo todo arreglado para vivir, para toda mi vida, no tengo que
preocuparme...’ Ésta es una paz que da el mundo. No te preocupas, no tendrás
problemas porque tienes tanto dinero... La paz de la riqueza. Y Jesús nos dice
que no nos fiemos de esta paz, porque con gran realismo nos dice: ‘¡Miren que
hay ladrones... Los ladrones pueden robarte tus riquezas!’ La paz que da el
dinero no es una paz definitiva. Piensen también en que el metal se oxida ¿no?
¿Qué quiere decir? ¡Que ante una caída de la Bolsa todo tu dinero se irá! ¡No
es una paz segura: es una paz superficial, temporal!»
La paz mundana abarca características que nos muestran que no es
definitiva. La del poder, que no funciona, que por ejemplo termina con un golpe
de estado. La de Herodes, que acaba cuando los Magos le dicen que ha nacido el
Rey de Israel. La de la vanidad, que se tambalea según me sienta apreciado o
insultado. Sin embargo la paz que nos da Jesús es el Espíritu Santo:¡La paz de
Jesús es una Persona, es el Espíritu Santo! El mismo día de su Resurrección, Él
viene al Cenáculo y su saludo es: ‘La paz esté con ustedes. Reciban al Espíritu
Santo’. Ésta es la paz de Jesús: es una Persona, es un regalo grande. Y cuando
el Espíritu Santo está en nuestro corazón, nadie puede arrebatarnos la paz
¡nadie! ¡Es una paz definitiva! ¿Cuál es nuestro trabajo? Custodiar esta paz
¡custodiarla! Es una paz grande, una paz que no es mía, es de otra Persona que
me la regala, de otra Persona que está dentro de mi corazón y que me acompaña
toda la vida. ¡Me la dio el Señor!»
Esta paz se recibe con el Bautismo y con la Confirmación, pero
sobre todo se recibe como un niño recibe un regalo – sin condiciones, con el
corazón abierto, enfatizó luego el Papa, poniendo de relieve que hay que
custodiar al Espíritu Santo, sin enjaularlo, pidiéndole ayuda a este ‘gran
regalo’ de Dios:
«Si ustedes tienen esta paz del Espíritu, si tienen al Espíritu
dentro de ustedes y tienen conciencia de esto, que no se turbe el corazón de
ustedes ¡Estén seguros! Pablo nos decía que para entrar en el Reino de los
Cielos es necesario pasar por tantas tribulaciones. Pero todos, todos nosotros,
tenemos tantas ¡todos! Más pequeñas... más grandes... Pero que no se turbe el
corazón de ustedes: y ésa es la paz de Jesús. La presencia del Espíritu hace
que nuestro corazón esté en paz. ¡No anestesiado, no! Consciente, en paz: con
esa paz que sólo da la presencia de Dios»
(CdM - RV)
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