Temas sacerdotales y Homilías del Papa.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL MATRIMONIO 4
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL MATRIMONIO 4
Papa Francisco en San Valentín
Continuará
Respuesta
del Papa a la segunda pregunta:
¿Cómo vivir juntos?
Pregunta:
Santidad, vivir juntos todos los días es bello, da alegría, sostiene. Pero es
un desafío que afrontar. Creemos que es necesario aprender a amarse. Hay un
“estilo” de vida de pareja, una espiritualidad del cotidiano que queremos
aprender ¿Puede ayudarnos en esto, Padre Santo?
Respuesta:
Vivir juntos es una arte, es un camino paciente, bello y fascinante. No termina
cuando se conquistaron uno al otro, pero es allí justamente que inicia. Ese
camino de cada día tiene reglas que se pueden resumir en estas tres palabras
que has dicho, palabras que he repetido tantas veces a las familias: permiso,
gracias, perdón. ¿Puedo? Permiso es el pedido gentil para poder entrar en la
vida de otro con respeto y cuidado. Hay que aprender a pedir: ¿puedo hacer
esto? ¿Te parece que hagamos así, que tomemos esta iniciativa? ¿que eduquemos
así a los hijos? ¿Quieres que esta noche salgamos?
O
sea pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los otros.
¿Entendieron? saber entrar con cortesía en la vida de los otros. Y no es fácil.
En cambio a veces se usan maneras un poco pesadas, como algunas botas para la
montaña. El amor verdadero no se impone con dureza o agresividad. En las
Florecillas de San Francisco se encuentra esta expresión:
“Sepan
que la cortesía es una de las propiedades de Dios... y la cortesía es hermana
de la caridad, la cual apaga el odio y conserva el amor”. Sí, la cortesía
conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo a veces violento
y arrogante es necesario tener mucha cortesía.
Y
esto puede iniciar en casa. “Gracias”, parece fácil pronunciar esta palabra,
pero sabemos que no es así... Pero es importante. La enseñamos a nuestros hijos
pero después la olvidamos. La gratitud es un sentimiento importante. Una
anciana una vez me decía en Buenos Aires: 'La gratitud es una flor que crece en
tierra noble'. Es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor.
¿Se
acuerdan del evangelio de Lucas? Jesús cura a diez enfermos de lepra y después
solamente uno regresa para decirle gracias a Jesús. Y el Señor dice: ¿Y los
otros nueve dónde están? Esto vale también para nosotros: ¿sabemos agradecer?
En nuestra relación y mañana en nuestra vida matrimonial es importante tener la
conciencia que la otra persona es un don de Dios, ¡y a los dones de Dios se
dice gracias! Y en esta actitud interior decirse gracias mutuamente por cada
cosa. No se trata de una palabra gentil para usar con los extraños de manera
que uno sea educado. Es necesario saber decirse gracias, para ir bien, juntos,
en la vida matrimonial.
La
trecera: Disculpa. En la vida hacemos tantos errores, tantas equivocaciones,
los hacemos todos. ¿Quizás hay aquí alguien que no ha hecho alguna
equivocación?, levante la mano. Todos los hacemos. Quizás no haya día en el que
no nos equivocamos. La Biblia dice que el más justo peca siete veces al día.
Por ello la necesidad de usar esta pequeña palabra: 'disculpa'
En
general cada uno de nosotros está listo para acusar al otro y a justificarse a
sí mismo. Esto inició desde nuestro padre Adan, cuando Dios le pregunta: '¿Has
comido de ese fruto?'... 'Pero yo no, fue ella que me lo dio'... Acusar al otro
y no decir 'perdón', es una historia vieja y es un instinto que está en el
origen de tantos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir
perdón: “disculpa si hoy he levantado la voz”; “disculpa si he pasado sin
saludar”, “disculpa si hice tarde”, “disculpa si esta mañana he estado tan
silencioso”, “disculpa si he hablado demasiado, sin escuchar nunca”, “disculpa
si me he olvidado”, “discúlpame si estaba enojado y me la he agarrado
contigo”... Y tantas veces perdón al día podemos decir.
Y
también es así que crece una familia cristiana. Sabemos que no existe familia
perfecta, ni el marido perfecto, o la esposa perfecta. No hablemos de la suegra
perfecta...
Existimos
nosotros pecadores, Jesús que nos conoce bien nos enseña un secreto: no terminar
nunca una jornada si pedirse perdón, sin que la paz vuelva a nuestra casa, en
nuestra familia. Es habitual pelear entre los esposos, siempre hay algo, hemos
peleado, quizás se enojaron, quizás voló un plato, pero nunca terminar la
jornada si hacer la paz. Esto nunca, nunca. Esto es un secreto, un secreto para
conservar el amor. Y para hacer la paz no es necesario hacer un buen discurso,
a veces un pequeño gesto y la paz está hecha. Porque si tu no terminas la
jornada sin hacer la paz, el día después es frío y duro y es más difícil hacer
la paz. Acuérdense bien de esto: nunca terminar la jornada sin hacer la paz.
Si
aprendemos a decirnos 'disculpa' y a perdonarnos mutuamente el matrimonio
durará e irá adelante.
Cuando
viene en las audiencias o aquí en Santa marta los esposos que cumplen los 50 de
matrimonio les pregunto: '¿quien soportó a quién?' Y todos se miran, me miran y
me dicen: 'los dos mutuamente'.
Continuará
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