Temas sacerdotales y Homilías del Papa.
Papa Francisco en San Valentín
PALABRAS
DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL MATRIMONIO 1
El Papa
Francisco recibió en la Plaza de San Pedro a más de 10.000 novios por el día de
San Valentín, a quienes alentó a no tenerle miedo a decir “sí” para siempre y a
quienes exhortó a vivir el perdón y la gratitud cotidianamente en el
matrimonio.
En el evento, titulado “La
alegría del sí para siempre” organizado por el Pontificio Consejo para la
Familia, se inició con diversos testimonios, intercalados con lecturas y
canciones dedicadas al amor. A las 12:30, el Santo Padre llegó a la Plaza para
saludar a los novios y responder a tres preguntas sobre el miedo al sí “para
siempre”; la vida en común y la forma de celebrar el matrimonio.
“Es importante preguntarnos si es
posible amarse ‘para siempre’ –dijo el Papa–. Hoy en día muchas personas tienen
miedo de tomar decisiones definitivas, para toda la vida, porque parece
imposible... y esta mentalidad lleva a muchos que se preparan para el
matrimonio a decir: ‘Estamos juntos hasta que nos dure el amor’... Pero, ¿qué
entendemos por ‘amor’? ¿Sólo un sentimiento, una condición psicofísica?
Ciertamente, si es así, no se puede construir sobre ello nada sólido”.
Pero, continuó el Santo Padre,
“si el amor es una relación, entonces es una realidad que crece y también
podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se
edifica en compañía, ¡no solos!.. No querrán construirla sobre la arena de los
sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor
que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer
como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza”.
Así como el amor de Dios es
estable y para siempre, dijo el Papa, “queremos que el amor en que se asienta
la familia también lo sea. No debemos dejarnos vencer por la ‘cultura de lo
provisional’. Así que el miedo del ‘para siempre’ se cura día tras día,
confiando en el Señor Jesús en una vida que se convierte en un viaje espiritual
diario, hecho de pasos, de crecimiento común...Porque el ‘para siempre’ no es
solo cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza sólo si dura, es
importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío
de los esposos cristianos. En el Padrenuestro decimos ‘Danos hoy nuestro pan de
cada día’. Los esposos pueden rezar así´: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de
todos los días.... enséñanos a querernos’”.
Respondiendo a la segunda
pregunta, Francisco ha subrayado que “la convivencia es un arte, un camino
paciente, hermoso y fascinante que tiene unas reglas que se pueden resumir en
tres palabras: ¿Puedo? Gracias, Perdona. ‘¿Puedo?’ Es la petición amable de
entrar en la vida de algún otro con respeto y atención. El verdadero amor no se
impone con dureza y agresividad. San Francisco decía: ‘La cortesía es la
hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor’ Y hoy, en nuestras
familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha
cortesía”.
"Gracias. La gratitud es un
sentimiento importante ¿Sabemos dar las gracias?: En vuestra relación ahora y
en vuestra futura vida matrimonial, es importante mantener viva la conciencia
de que la otra persona es un don de Dios... y a los dones de Dios se dice
‘gracias’. No es una palabra amable para usar con los extraños, para ser educados.
Hay que saber decirse gracias para caminar juntos”.
“Perdona. En la vida cometemos
muchos errores, nos equivocamos tantas veces. Todos. De ahí la necesidad de
utilizar esta palabra tan sencilla ‘perdona’. En general, cada uno de nosotros
está dispuesto a acusar al otro para justificarse. Es un instinto que está en
el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a
pedir disculpas. También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no
existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Existimos
nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que
un día no termine nunca sin pedir perdón... sin que la paz vuelva a casa. Si
aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá
adelante”.
Por último, el Santo Padre ha
recordado que la celebración del matrimonio debe ser “una fiesta, pero una
fiesta cristiana y no mundana” y poniendo como ejemplo el primer milagro de
Jesús en las bodas de Caná, cuando transformó el agua en vino porque se había
acabado ha dicho: “Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad
en cada fiesta nupcial. Lo que hará pleno y profundamente verdadero vuestro
matrimonio será la presencia del Señor que se revela y nos otorga su gracia”.
“Al mismo tiempo, es bueno que
vuestro matrimonio sea sobrio y destaque lo que es realmente importante.
Algunos están muy preocupados por los signos externos: el banquete... los
trajes. Estas cosas son importantes en una fiesta, pero sólo si indican el
verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición de Dios sobre vuestro amor.
Haced que como el vino de Caná, los signos externos de vuestra ceremonia
revelen la presencia del Señor y recuerden a vosotros y a todos los presentes
el origen y la razón de su alegría”.
Continuará
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