"SOMOS SIERVOS INÚTILES, HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER" (Lc 17, 7-10). Nos puede llamar la atención esta expresión de "siervos inútiles" que expresa Jesucristo.

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

D. Jesús Mateo me envía todos los días un comenario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares, baionés jubilado, Baiona. Lo hago con gran placer por el bien que hace su difusión por el formato de Blog. P. Franja

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8 de noviembre, martes de 2022

"SOMOS SIERVOS INÚTILES, HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER" (Lc 17, 7-10). Nos puede llamar la atención   esta expresión de "siervos inútiles" que expresa Jesucristo.

Nos puede llamar la atención esta expresión de "siervos inútiles" que expresa Jesucristo.El Señor quiere decir que, en nuestra vida y en nuestro servicio, siempre nos sentiremos inútiles porque nunca llegaremos a todo lo que nos gustaría llegar. Siempre podremos hacerlo mejor.

El Beato Carlos Acutís habrá dicho esa frase de siervos inútiles 

Ojalá Jesús pueda decir de nosotros "que hemos hecho todo lo que se nos ha mandado", como dice del siervo del Evangelio. 

Hemos de sentirnos lo que somos: "siervos inútiles"; lo que el "pincel en manos del artista". Si algo bueno tenemos, es que lo hemos recibido de Dios. Por tanto hemos de pedir siempre la gracia necesaria para cada obra que realicemos, y rechazar cualquier alabanza que nos hagan, y dirigirla a Dios. 

Sólo somos instrumentos en las manos de Dios. No obstante, hemos de poner empeño en nuestra vida, en lo que tenemos entre manos, como si todo dependiera exclusivamente de nosotros. A la vez, recurriremos al Señor como si todo dependiera de Él.

¡Qué bien lo explica San Pablo, sirviéndose de la imagen de las tareas agrícolas, nuestra condición de instrumentos en la labor apostólica: "Yo planté, Apolo regó, pero es Dios el que da el incremento; de tal modo que ni el que planta es nada, ni el que riega, sino el que da el incremento, Dios... Porque nosotros somos colaboradores de Dios"(1 Co 3, 6-9). 

SOMOS COLABORADORES DE DIOS. Es una maravilla. El Señor, en cierto modo, necesita de nosotros. Pero tengamos muy en cuenta que somos instrumentos. Para que el instrumento, el pincel, sea útil, tiene que ser dócil en manos del pintor. Él sólo, por su cuenta, no vale nada. En una ocasión vi expuesto el pincel de un gran pintor y me dio pena: usado, viejo, feo, mal conservado..., pero en manos del artista había pintado obras maravillosas. 

Señor, yo quiero ser un instrumento en tus manos; un pincel dócil, un vaso nuevo en tus manos de alfarero.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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