Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Homilía del Papa:
el Espíritu Santo nos hace
cristianos
‘reales’, no ‘virtuales’
El Papa celebra la Misa
en la Capilla de la Casa de Santa Marta
- OSS_ROM
09/05/2016 12:53SHARE:
(RV).- El Espíritu Santo es el que mueve a la Iglesia, aunque
para muchos cristianos de hoy es un desconocido o un ‘prisionero de lujo’. Es
la advertencia del Papa Francisco en su homilía, en la Misa matutina, en la
Casa de Santa Marta. Subrayó que el Espíritu Santo nos hace cristianos reales,
no virtuales, exhortando a dejarnos impulsar por Él, que nos enseña el camino
de la libertad. Y dirigió un saludo especial a las Hermanas Vicentinas, en el
día en que celebran a su Fundadora, Santa Luisa de Marillac.
«Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo». Con
esta respuesta de los discípulos a San Pablo, en Éfeso, el Papa Francisco
reflexionó sobre la presencia del Espíritu Santo en la vida de los cristianos.
Y señaló que «también hoy, pasa como a esos discípulos, que aun creyendo en
Jesús, no sabían quién era el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo mueve a la Iglesia y nos hace testimoniar a
Jesús
Muchos aseguran haber aprendido en el Catecismo que el Espíritu
Santo está en la Trinidad, pero luego ya no saben nada más sobre el Espíritu
Santo y se preguntan qué hace:
«El Espíritu Santo es el que mueve a la Iglesia, el que trabaja
en la Iglesia, en nuestros corazones. El que hace que todo cristiano sea una
persona distinta de la otra, pero de todos juntos hace la unidad. El que lleva
adelante, abre de par en par las puertas y te envía a dar testimonio de Jesús.
Escuchamos al comienzo de la Misa: ‘Recibirán al Espíritu Santo y serán mis
testigos en el mundo’. El Espíritu Santo es el que está en nosotros y nos
enseña a mirar al Padre y a decirle: ‘Padre’. Nos libra de la condición de
huérfano a la que el espíritu del mundo nos quiere llevar».
Tras hacer hincapié en que el Espíritu Santo es «el protagonista
de la Iglesia viva: el que trabaja en la Iglesia», puso en guardia contra el
peligro de que «cuando no vivimos esto, cuando no estamos a la altura de esta
misión del Espíritu Santo», reducimos la fe a una moral, a una ética». No hay
que quedarse sólo en lo de cumplir los Mandamientos y nada más:’ Eso se puede
hacer, eso otro no… hasta aquí sí, hasta allá no… Y de allí a la casuística, a
una moral fría’.
No hacer del Espíritu Santo un ‘prisionero de lujo’
La vida cristiana – reiteró el Papa Francisco – «no es una
ética: es un encuentro con Jesucristo». Y es precisamente el Espíritu Santo el
que me lleva a ese encuentro con Jesucristo»:
«Pero nosotros, en nuestra vida, tenemos en el corazón al
Espíritu Santo, como a un ‘prisionero de lujo’: no dejamos que nos impulse, no
dejamos que nos mueva. Hace todo, sabe todo, sabe recordarnos qué ha dicho
Jesús, sabe explicarnos las cosas de Jesús. El Espíritu Santo no sabe hacer
sólo una cosa: cristianos de salón. ¡Eso no lo sabe hacer! No sabe hacer
‘cristianos virtuales’, pero no virtuosos. Él hace cristianos reales, Él toma
la vida real como es, con la profecía del leer los signos de los tiempos, nos
lleva adelante así. Es el gran prisionero de nuestro corazón. Decimos: ‘es la
tercera Persona de la Trinidad’ y nos quedamos en eso…»
Reflexionar sobre qué hace el Espíritu Santo en nuestra vida
El Obispo de Roma dijo que nos hará bien reflexionar, esta
semana, sobre qué hace el Espíritu Santo en nuestra vida y si nos ha enseñado
el camino de la libertad. Si nos impulsa a salir de nosotros mismos, para
testimoniar a Jesús, o si tenemos miedo. O sobre cómo va nuestra paciencia en
las pruebas:
«En esta semana de preparación a la Fiesta de Pentecostés,
pensemos: ¿creo de verdad? ¿O el Espíritu Santo es sólo una palabra para mí? Y
tratemos de hablar con Él y de decirle: ‘Sé que estás en mi corazón, que estás
en el corazón de la Iglesia, que llevas adelante a la Iglesia. Que Tú haces la
unidad entre todos nosotros – pero distintos a todos nosotros - en la
diversidad de todos nosotros’... Digamos todas estas cosas y pidamos la gracia
de aprender – pero en la práctica, en mi vida – qué hace Él. Es la gracia de la
docilidad a Él: ser dócil al Espíritu Santo. Esta semana, hagamos esto:
pensemos en el Espíritu y hablemos con Él».
(CdM – RV)
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