Blog de Tío Paco-Franjaoli-Franja
Descifrando al Papa
Francisco
por DIEGO
CONTRERAS 25.JUN.2013
Me ha gustado mucho este artículo de Aceprensa
por eso lopongo a vuestra consideración para tener luces
y no hablemos tan a la ligera. Franja
Pasados
ya los tres meses desde su elección, el Papa Francisco continúa despertando el
fervor de los fieles, suscitando el interés de la prensa y levantando cierta
perplejidad entre los comentaristas que han intentado descifrar las claves de
su pontificado.
El hecho
evidente es que el discurso “mediático” sobre el Papa y la Iglesia es hoy muy
diferente del habitual hace tan solo unos meses, cuando estaba dominado casi
exclusivamente por cuestiones críticas y polémicas. Todo parece indicar que es
una situación que va más allá de una “tregua” motivada por el efecto de novedad
y curiosidad que despierta la llegada de un nuevo Papa.
En estos primeros meses
el Papa Francisco ha
logrado trasmitir
que es preciso centrarse en lo esencial
Los
frecuentes gestos de Francisco y los contenidos de sus homilías diarias (una
novedad absoluta) han alimentado noticias en las que el tema de fondo suele ser
algún aspecto de lo que significa vivir una vida cristiana. Se habla con cierta
soltura de sacramentos, oración, virtudes (pobreza, humildad, caridad,
magnanimidad, fortaleza, etc.)… es decir, de lo que habitualmente solía quedar
fuera de las informaciones referidas al Papa. Es cierto que a veces se
presentan esos contenidos en clave polémica, como dirigidos contra alguien (los
curas ambiciosos, etc.), pero ahí están.
Se ha
producido un cambio de paradigma que, no hay que olvidar, apareció claramente
con la inesperada renuncia de Benedicto XVI, cuando se mostró gráficamente a
todos que el gobierno, en la Iglesia, es servicio y no ejercicio de poder. Fue
un mensaje que tuvo una clara incidencia en el tono marcadamente espiritual que
caracterizó todo el cónclave.
La primera reforma que el Papa quiere llevar a
cabo tiene que ver con la conversión personal
una imágen vale más que mil palabras.
Conversión personal
Se ha insistido mucho en los
últimos meses en la necesidad de reformas en la Iglesia. Por lo general, se ha
señalado casi exclusivamente a la Curia romana. Sin negar esa necesidad, da la
impresión de que la primera reforma que el Papa quiere llevar a cabo se sitúa a
nivel personal. De ahí que su martilleo –para el que se alimenta de su
predicación anterior como sacerdote y obispo esté dirigido a todos, no solo a
la Curia. Lo que busca, antes que nada, es la conversión personal.
Algunos
sostienen que el Papa es popular porque ha evitado entrar en temas polémicos
candentes. Es cierto que no ha puesto el énfasis –al menos, en sus
intervenciones públicas en esas cuestiones (aborto, eutanasia, matrimonio
homosexual, etc.), pero tampoco las ha evitado. Mi impresión es que Francisco
está aplicando el consejo de Benedicto XVI: hoy es urgente recordar antes que
nada que el cristianismo es una afirmación, no un cúmulo de prohibiciones. Si
no se entienden primero los “sí”, los “no” carecerán de sentido.
Lo que mejor transmiten del Papa
los medios de
comunicación son sus gestos
Se le
atribuye que trata temas de éxito asegurado, como la denuncia contra los
excesos de las finanzas internacionales, pero en un plano genérico, de modo que
nadie se siente interpelado ni acusado. En realidad, ese carácter general es el
tono habitual de los Papas, como demuestran las intervenciones de sus
predecesores incluso al tratar de cuestiones tan graves como el terrorismo (no
hay acusaciones personales). Por otro lado, si el Papa buscara temas populares
para sus intervenciones, ciertamente no se habría referido tantas veces –por
poner un ejemplo a algo tan tabú y tan poco popular como la existencia del
diablo y su acción perversa en las almas.
Los gestos del Papa
Lo que mejor transmiten del Papa
los medios de comunicación son sus gestos. El problema es que los gestos, por
definición, son más ambiguos que las palabras. Cada uno les da la
interpretación que le parece más adecuada, sin el riesgo de ser desmentidos.
Ahí –en la elasticidad de la interpretación de sus gestos es posiblemente donde
surge buena parte del desconcierto que provoca el Papa Francisco en algunos.
Puedo construirme un Papa a mi medida, sobre todo si –como ha ocurrido se
añaden al gesto frases muy expresivas, pero nunca pronunciadas por el Papa… La
ambigüedad de los gestos disminuye si se conoce “el texto”, es decir, el
contenido de su predicación escrita y oral, y sus obras anteriores.
El Papa
está todavía en la fase de “reflexión, oración y diálogo” con la que quería
acometer y acompañar su ministerio antes de tomar decisiones importantes.
Aunque caben nuevas sorpresas, su estilo será cada vez más conocido. Pero en
estos primeros meses ha logrado trasmitir que es preciso centrarse en lo
esencial, abandonar lo superfluo y llevar el evangelio a los últimos rincones
de la sociedad. Su petición es incisiva porque su estilo de vida, tal como el
observador normal lo deduce de sus gestos, es coherente con ese anhelo.
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