Homilías del Papa y Temas sacerdotales
El Señor reciba a los hermanos coptos asesinados
como
mártires, dijo el Papa
2015-02-17 Radio Vaticana
“Ofrecemos esta misa por nuestros
21 hermanos coptos, degollados por el único motivo de ser cristianos”. Fueron
las palabras del Papa Francisco al comienzo de la misa matutina en la casa de
Santa Marta. “Oremos por ellos – prosiguió el Pontífice – que el Señor como
mártires los acoja, por sus familias, por mi hermano Tawadros, que sufre
tanto”.
“Sé para mí, defensa, oh Dios,
roca y fortaleza que me salva, porque Tú eres mi baluarte y mi refugio; guíame
por amor de tu nombre”, fue la oración de Francisco.
(from Vatican Radio)
Basta de países que venden armas
a quien está en guerra,
dijo el Papa
2015-02-17 Radio Vaticana
Todos nosotros somos capaces de
hacer el bien pero también de destruir lo que Dios ha hecho. Lo afirmó el Papa
Francisco en la misa matutina en la casa de Santa Marta. El Pontífice se detuvo
en la primera Lectura que narra el diluvio universal y observó que el hombre es
incluso capaz de destruir la fraternidad y de aquí nacen guerras y divisiones.
De aquí que condenó duramente a aquellos “comerciantes de muerte” que venden
armas a países en conflicto para que la guerra pueda continuar.
“El hombre es capaz de destruir
todo aquello que Dios ha realizado”. El Papa Francisco ha desarrollado su
homilía basándose en el paso dramático del Génesis que muestra la ira de Dios
por la maldad del hombre y que preludia el diluvio universal. El hombre –
constató Francisco con amargura – “parece ser más potente de Dios”, es capaz de
destruir las cosas buenas que Él ha realizado.
El hombre es capaz de destruir la
fraternidad
“En los primeros capítulos de la
Biblia, prosiguió, encontramos tantos ejemplos: Sodoma y Gomorra, la Torre de
Babel, en los cuales el hombre muestra su maldad”. Un mal que se anida en lo
íntimo del corazón:
“¡Pero padre, no sea tan
negativo!, dirá alguien. Pero ésta es la verdad. Somos capaces de destruir
también la fraternidad: Caín y Abel en las primeras páginas de la Biblia.
Destruir la fraternidad. Es el comienzo de las guerras, ¿no? Los celos, las
envidias, tanta a avidez de poder, de tener más poder. Sí, esto parece negativo
pero es realista. Tomen un diario, cualquiera: de izquierda, del centro, de
derecha…cualquiera. Y verán que más del 90% de las noticias son de destrucción.
Más del 90%. Y esto lo vemos todos los días”.
“Pero ¿qué sucede en el corazón
del hombre?” , se preguntó Francisco. Jesús, dijo, nos recuerda que “del corazón
del hombre nacen todas las maldades”. Nuestro corazón débil – prosiguió – “está
herido”.
Comerciantes de muerte venden
armas a quién está en guerra
Existe siempre – agregó – un
“deseo de autonomía”: “¡yo hago lo que quiero y si tengo ganas de esto, lo
hago! ¡Y si por esto quiero hacer una guerra, la hago!”:
“¿Pero por qué somos así? Porque
tenemos esta posibilidad de destrucción, éste es el problema. Luego, en las
guerras, en el tráfico de armas…‘pero ¡somos comerciantes!’ Sí, ¿de qué? ¿De muerte? Y están los países
que venden las armas a éste, que está en guerra con éste y las venden también a
éste, para que así continúe la guerra. Capacidad de destrucción. Y esto no
viene del vecino ¡viene de nosotros! ‘Cada íntima intención del corazón no era otra
cosa que mal’. Nosotros tenemos esta semilla adentro, esta posibilidad. ¡Pero
tenemos también al Espíritu Santo que nos salva, eh! Pero debemos elegir, en
las pequeñas cosas”.
El Papa ha puesto en guardia
contra las habladurías, de quién habla mal del vecino: “también en la
parroquia, en las asociaciones”, cuando hay “celos” y “envidias” y quizás se va
a hablar mal con el párroco. “Esta es la maldad - advirtió - ésta es la
capacidad de destruir que todos nosotros tenemos”. Y sobre esto “la Iglesia a las
puertas de la Cuaresma nos hace reflexionar”. Francisco dirigió una mirada al
Evangelio del día en el cual Jesús reprocha a los discípulos que pelean entre
ellos porque se habían olvidado de traer el pan. El Señor les dice que “estén
atentos”, que tengan cuidado de la “levadura de los fariseos, de la levadura de
Herodes”. Simplemente, pone el ejemplo de dos personas: Herodes que es “malo,
asesino y los fariseos hipócritas”. Jesús les recuerda cuando ha partido los
cinco panes y los exhorta a pensar en la Salvación, a aquello que Dios ha hecho
por todos nosotros. Pero ellos, recuerda
el Papa, “no entendían porque su corazón estaba endurecido por esta pasión, por
esta maldad de discutir entre ellos y ver quién era el culpable de aquel olvido
del pan”.
Elegir el bien con la fuerza que
nos dona Jesús
Debemos tomar en serio el mensaje
del Señor, dijo el Papa, “éstas no son cosas extrañas, esto no es el discurso
de un marciano”, “el hombre es capaz de hacer tanto bien”. Y citó el ejemplo de
Madre Teresa, “una mujer de nuestro tiempo”. Todos nosotros, dijo, “somos
capaces de hacer tanto bien, pero todos nosotros somos capaces también de
destruir; destruir en lo grande y en lo pequeño, en la misma familia; destruir
a los hijos” no dejándolos crecer “con libertad, no ayudándoles a crecer bien;
anular a los hijos”. Tenemos esta capacidad y por esto – remarcó – “es
necesaria la meditación continua, la oración, la confrontación entre nosotros,
para no caer en esta maldad que todo destruye”:
“Y tenemos la fuerza, nos
recuerda Jesús. Acuérdense. Y hoy nos dice: ‘Acuérdense. Acuérdense de Mí, que
he donado mi sangre por ustedes; acuérdense de Mí que los he salvado, los he
salvado a todos; acuérdense de Mí que tengo la fuerza para acompañarlos en el
camino de la vida, no por el camino de la maldad sino por el camino de la
bondad, del hacer el bien a los otros; no por el camino de la destrucción, sino
por el camino del construir; construir una familia, construir una ciudad,
construir una cultura, construir una patria, siempre más”.
“Pidamos hoy al Señor, antes de
comenzar la Cuaresma - concluyó el Obispo de Roma - esta gracia: de elegir bien
siempre el camino con su ayuda y no dejarnos engañar por las seducciones que
nos llevarán por el camino equivocado”.
(MCM – RV)
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