Homilías del Papa y Temas sacerdotales
Acumulen un tesoro
inagotable en el cielo, pide Jesús en el Evangelio
Francisco \
Audiencias, Catequesis y Ángelus
Papa: Jesús hace
que nos levantemos de la muerte a la vida
Segunda audiencia
general de agosto en el Aula Pablo VI del Vaticano - REUTERS
10/08/2016
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(RV).- En su
Audiencia General del miércoles 10 de agosto, celebrada en el Aula Pablo VI del
Vaticano, el Santo Padre – mediante un pasaje del Evangelio de San Lucas –
propuso el tema del consuelo que recibió una madre viuda a quien Jesús le
devolvió, mediante un milagro, a su único hijo resucitándolo.
Se trata de un
milagro verdaderamente grandioso – explicó el Papa hablando en italiano –
especialmente porque el núcleo del relato evangélico, más que la resurrección
del fallecido, es la ternura de Jesús hacia la mamá de ese muchacho. Porque “la
misericordia toma aquí el nombre de gran compasión” hacia una mujer que había
perdido a su marido y que ahora acompaña al cementerio a su único hijo. Y
añadió que este “gran dolor de una mamá conmueve a Jesús” induciéndolo al
milagro de la resurrección.
Después de
referirse a los diversos detalles que nos ofrece el evangelista, el Papa
Bergoglio se detuvo a considerar que San
Lucas describe el sentimiento de Jesús, lleno de compasión que le pide a la
mujer que no llore y, movido por su
profunda misericordia hacia esta madre, decide afrontar la muerte
personalmente.
El Obispo de Roma
sugirió que durante este Jubileo, al cruzar la Puerta Santa, la Puerta de la
Misericordia, los peregrinos se acuerden de este episodio del Evangelio, que
sucedió en la puerta de Naín. Y que piensen que a Jesús le entró en su corazón
aquella madre que lloraba. De modo que a la Puerta Santa – dijo el Papa – cada
uno llega llevando su propia vida, con sus alegrías y sus sufrimientos, sus
proyectos y fracasos, sus dudas y sus temores, para presentarlos a la
misericordia del Señor.
Y agregó que
debemos tener la seguridad de que ante la Puerta Santa, el Señor está cerca de
cada uno de nosotros, para ofrecernos su poderosa palabra de consolación;
porque en la Puerta se produce el encuentro entre el dolor de la humanidad y la
compasión de Dios. A la vez que cuando cruzamos su umbral – prosiguió diciendo
el Pontífice – realizamos nuestra peregrinación dentro de la misericordia de
Dios que, al igual que al muchacho muerto, repite a todos: “Yo te lo ordeno,
¡levántate”! (Cfr. Lc 7, 11-14).
Después de afirmar
que la palabra poderosa de Jesús puede hacer que nos levantemos y pasemos
también nosotros de la muerte a la vida, el Santo Padre concluyó explicando en
su catequesis que al celebrar este Jubileo – que él mismo ha querido que se lo
viviera en todas las Iglesias particulares y no sólo en Roma – es como si toda
la Iglesia esparcida en el mundo se uniera en el único canto de alabanza al
Señor. De modo que también hoy – dijo el Papa – la Iglesia reconoce que es
visitada por Dios. A la vez que encaminándonos hacia la Puerta de la
Misericordia, sabemos que nos dirigimos al corazón misericordioso de Jesús,
cuya misericordia es un camino que parte del corazón para llegar a las manos,
es decir, a las obras de misericordia.
(María Fernanda
Bernasconi - RV).
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