Blog de Tío Paco-Franjaoli-Franja
El Papa acaricia el perro de un periodista invidente
Otro testimonio de cercanía del Papa Francisco
El papa Francisco, ayer Viernes
Santo, almorzó con siete sacerdotes de Roma. “Se trata de una costumbre del
sustituto, monseñor Angelo Becciu, que se remonta a cuando era nuncio. Apenas
lo supo el papa se unió 'volentieri'”. En el apartamento del nuncio estaban
invitados al almuerzo sacerdotes que monseñor Becciu conoce. Entre ellos, un
sacerdote de Caritas, otro empeñado en la pastoral con los gitanos, también un
sacerdote en silla de ruedas, otro sacerdote que se ocupa en la formación
permanente de los jóvenes y otro con minusvalía física que es guía espiritual
de otros sacerdotes”.
“Se quedó muy contento con este
encuentro con los sacerdotes romanos”, dijo el portavoz, especialmente porque
“ellos tenían muchas historias para contar sobre sus actividades”.
Uno de los comensales, monseñor
Enrico Feroci de Caritas de Roma indicó que se sintió como 'portavoz' de todos
los pobres de esta ciudad: “Fue la primera vez que encontré al papa, dejará
huella en mi vida ver al obispo de Roma que estaba sentado en nuestra mesa y
nos escuchaba”, dijo a los micrófonos de Radio Vaticano.
“Su capacidad de escuchar
--prosiguió el responsable Caritas- es algo fantástico. Uno tiene la sensación
de que uno se encuentra a su gusto al contar las experiencias que uno vive”. Y
añadió que “fue algo fuera de la norma: con nosotros reía, explicaba,
reflexionaba, y nos daba consejos”.
“Dejen las puertas abiertas de
las iglesias --nos dijo Francisco--, así la gente entra, y dejen una luz
encendida en el confesionario para señalar su presencia y verán que la fila se
formará”.
"Me acordé la frase de
Zaqueo, baja y del baja y ven a almorzar con nosotros, indicó el sacerdote que
precisó. "Todos los sacerdotes estábamos implicados en ayuda social. Le
conté de la Cáritas de Roma, de sus 36 comedores y de los centros para madres
con los niños. “Vi los ojos del papa humedecerse al escuchar la experiencia de
quienes trabajan en lo social”. Fue un “un animarnos a hacer más, porque
nuestro obispo nos lo indica”.
“Un almuerzo -prosiguió Mons.
Feroci- en el que ni nos dimos cuenta de que comimos, como si se hablara
solamente entre amigos que conversan serenamente entre amigos. Lo importante
era con quien estábamos y lo que nos decía”.
“Al despedirnos -concluyó el
responsable Cáritas- nos abrazó uno por uno, sentir que el papa me abrazó. A
uno de los sacerdotes le dijo ' te recomiendo, puertas abiertas'. A otro: 'Es
muy importante el cuidado de los sacerdotes, te los recomiendo'. Y nos regaló a
cada uno un rosario. Tuve la sensación que en breve vendrá entre los pobres de
Roma así como a las comunidades en las parroquias. Lo sentiremos presente en la
pastoral de nuestra ciudad”.
Entre los presentes estaba
también el párroco Mario Pasquale, que tuvo una experiencia en los años setenta
como trabajador manual, sacerdote obrero, con diversas actividades manuales,
como portavalijas en la estación Tiburtina.
“En este primer encuentro tuve
la oportunidad de responderle al papa ¿quien eres tú? Tuve la impresión del
obispo ideal que uno quiere tener en la propia vida”.
Don Pascuale le contó al papa
que en esos años eran unos 40 sacerdotes que habían tomado la decisión de vivir
con los marginados. “Los frutos no nos toca a nosotros juzgarlos, nuestro
espíritu era el de dar testimonio con nuestra presencia a estas problemática”
dijo.
¿Cómo acogió el papa este
testimonio? “Estaba muy atento, tuve la sensación que quería conocer y advertí
que no estaba esperando para que me dijera lo que él pensaba sino para
escucharme, como persona, como sacerdote. Y me sentí escuchado en mi historia,
en mi camino, en mí ser sacerdote. El hecho de encontrarlo en este modo me ha
dado la sensación de sentirme entendido sobre ese momento particular”.
“Tuve la impresión -concluyó el
sacerdote- que e me dijo 'ama a la Iglesia y hasta el fondo'. En particular
cuando nos abrazó a cada uno de nosotros como un padre que abraza a su hijo que
no ve desde hace años”.
Una muestra de su amor por los sacerdotes
Me lo ha mandado un amigo sacerdote. Se lo agradezco mucho, porque es otra prueba del camino iniciado por el Santo Padre y que nos va costar un poco aprenderlo. Más iglesias abiertas, más confesonarios con cura y más atención a los necesitados. Franja
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